TEGUCIGALPA. «Aquí no me falta nada, pero sí uno quisiera ver su familia» fue la respuesta de doña María Luisa quien lleva siete años de estar viviendo en el Asilo de incapacitados del Hospital San Felipe.
Este centro para adultos mayores está ubicado al par del Hospital San Felipe; en él se da atención a los adultos mayores que necesitan tratamiento. Asimismo, los ancianos que son abandonados por sus familiares o están en riesgo social, pueden vivir en el albergue.
Este local fue inaugurado en el año de 1949 en la administración del ex presidente, Carias Andino. Actualmente el centro tiene 45 hondureños viviendo en el asilo, informó la encargada de este centro de ayuda al adulto mayor, Roxana Araujo.
«La persona con más edad que está viviendo en el local de albergue es de 98 años y tiene 30 años de estar viviendo aquí», dio a conocer la doctora Araujo.
«Nadie nunca la ha venido a visitar» explicó Araujo. «De los 45 hodnureños que viven en el asilo 30 han sido abandonados informó Araujo».
Por otro lado, hay familias que por sus bajos recursos económicos vienen a dejar a los adultos; sin embargo no los abandonan, «prefieren que los tengamos aquí, pues aquí suplimos las necesidades» agregó Araujo.
María Luisa 77 años, siete años viviendo en el asilo San Felipe.
Doña María Luisa, explicó que la razón por la que ella vive en el asilo hace unos siete años es por los bajos recurso de su familia.
«Mi familia es muy pobre y vive en las afueras, y aquí tengo todo lo que me hace falta» afirmó la señora de la tercera edad.
Además doña María Luisa, sufrió un accidente; fue atropellada hace algunos años, lo que la dejó encadenada a una silla de ruedas.
Por otro lado, la adulto mayor expresó que una vez al año sus sobrinas vienen a visitarla desde el sur; en la comunidad Concepción de Marías.
La alegría en sus ojos cuando contestaba cómo se sentía cuando sus familiares venían al asilo para visitarla fue indescriptible. Sus ojos se «aguaron» y expresó me siento muy feliz.
Sus palabras fueron cortas pero sus ojos expresaron todo lo que quería decir. «Aquí no me falta nada, pero sí uno quisiera ver su familia»manifestó con palabras entre cortadas, con su voz gruesa y despacio hablar.
El caso de Doña María y Dalila
Hace 30 años Dalila Pérez, de 57 años fue llevada al asilo por ahijados de su tutora por problemas de salud. Mis papás se fueron para Cuba y me dejaron recomendada, estas personas que debían cuidar de Dalila, fueron a internarla al asilo.
Por otro lado, con su piel llena de arrugas pero con unos ojos llenos de vida; doña María es otra de las internas del asilo que no recibe visitas. Esta sexagenaria fue acogida por el asilo junto a su esposo. Según la información de los encargados de dar cuidado a los ancianos, los vecinos fueron en busca de ayuda para esta pareja de sexagenarios.
Desafortunadamente el esposo de doña María falleció hace unos meses; ahora ella quedó totalmente sola. Pues no recibe ninguna visita.