TEGUCIGALPA, HONDURAS. «Solo queda esperar si no me llega la muerte, porque de aquí a agosto qué sabemos si vamos a estar vivos», así se pronunció un hondureño de la tercera edad, luego de que asistiera a un centro de vacunación en búsqueda de poder recibir la segunda dosis de la vacuna contra la COVID-19.
Don Celestino Mendoza recibió el pasado mes de mayo la primera dosis de la vacuna Sputnik V, y le dijeron que un mes después podría recibir las segunda inyección para poder completar la inmunización.
Sin embargo, ante el retraso de las vacunas, esas cita nunca llegó, provocando en el señor preocupación y temor de contagiarse de la COVID-19.
«Solo queda esperar si no me llega la muerte»
Ante la falta de la vacuna, don Celestino no se quedó con los brazos cruzados, pues decidió asistir a otro centro de vacunación para poder recibir las segunda dosis.
El «abuelito» llegó al instituto Jesús Aguilar Paz que se encuentra en Comayagüela, donde se estaba aplicando la vacuna antiCOVID-19.
Pero aunque Celestino es una persona mayor, la cual se supone que se le debe dar prioridad, no fue atendido ya que le explicaron que solo estaban aplicando la primera y no la segunda dosis.
«Solo queda esperar si no me llega la muerte, porque de aquí a agosto qué sabemos si vamos a estar vivos», comentó el señor al medio Hoy Mismo.
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Problema de las autoridades
Mendoza afirmó que las autoridades tenían que haber dejado vacunas para que los que recibieron las primera dosis del fármaco ruso, pudieran luego recibir la segunda.
Don Celestino pidió al Gobierno hondureño poner «control» en la crisis que hay en cuanto a la falta de vacunas, puesto en esa espera de poder recibir el medicamento, las personas pueden morir.
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