SALUD.- Una vez superados los primeros seis meses de vida del bebé se pueden ir introduciendo de manera paulatina nuevos alimentos en la dieta del menor. Durante este periodo, la alimentación complementaria es también un juego, un aprendizaje en el que ellos van descubriendo formas, sabores, olores y texturas.
Lo ideal es que los bebés empiecen a comer ya lo mismo que se come en casa, en una dieta basada principalmente en frutas y verduras, a la que añadiremos proteínas.
No obstante, en esta dieta que iniciamos a los seis meses de vida del bebé, no pueden entrar determinados alimentos o condimentos, algunos de ellos de origen vegetal, debido a su composición.
Muchos de ellos están prohibidos hasta que el niño cumpla al menos un año:
La sal y azúcar
Antes del año no se debe añadir sal ni azúcar a los alimentos, ya que como argumenta Gloria Colli, la primera “sobrecarga los riñones”, mientras que la segunda “no es necesaria y favorece la obesidad infantil, la diabetes y la caries, aunque aún el bebé no tenga ningún diente”. También hay que evitar la miel, en este caso por el riesgo de botulismo.
La leche de vaca
O de un animal mamífero, no se debe dar por debajo del año de vida, porque como explica Colli, “puede producir microsangrados digestivos y provocar anemia”.
Tampoco, deben ofrecerse bebidas vegetales, que suelen llevar azúcares añadidos, además de no tener grasas esenciales en estas etapas y representar muy poco aporte energético.

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Las carnes procesadas
Las carnes procesadas tienen para el pediatra Carlos Casabona, “demasiada presencia en nuestra cultura mediterránea”. Entre ellas se incluye también el jamón de York, un producto bastante recurrente que entraría dentro de este grupo que se debe evitar.
En cuanto a la carne, es conveniente limitar la roja, mientras que se debe evitar cualquier tipo de carne que proceda de la caza con munición de plomo. Lo recomendable es apostar por carnes blancas en sus purés, como la del pollo, el pavo, o el conejo.
Las espinacas, acelgas, lechugas, remolachas y borrajas
Son también alimentos que deben descartarse por debajo del primer año “por su alto contenido en nitratos”.

Pescado
En cuanto al pescado, según Casabona, se debe evitar en menores de tres años el consumo de pez espada o emperador, cazón, lucio, tiburón, y atún, “por su contenido en mercurio”.
También las cabezas de gambas, langostinos y cigalas, además del cuerpo de crustáceos similares al cangrejo, ya que “pueden contener cadmio”.
Aperitivos salados
Por último, deberían evitarse los aperitivos salados tipo ganchitos, patatas fritas de bolsa, estrellitas o golosinas, ya que aunque parezca de sentido común, la experiencia de los pediatras es que se dan con demasiada frecuencia con la excusa de “un día es un día”.
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