CHOLUTECA, HONDURAS. Una niña alegre, jovial y tranquila que tenía muchas amistades y soñaba con ser una modelo, así era Anyie Cristal Sandoval, la menor de 14 años que tomó la decisión de suicidarse en Choluteca.
La adolescente ayudaba a su madre a vender en el mercado de San Marcos de Colón y era muy conocida por la gente de la zona. En la actualidad no estaba estudiando porque su mayor sueño era convertirse en una gran modelo.
Sin embargo, problemas personales apagaron todos los sueños de Anyie, pues por la divulgación de contenido en redes sociales entró en un cuadro depresivo y se quitó la vida.
DIARIO TIEMPO conversó con Paola Sandoval, hermana de Anyie, quien en medio del shock y lágrimas dijo que no van a descansar hasta que se haga justicia por la jovencita.
«Anyie era una niña de bastantes amistades, era una niña muy simpática alegre y muy bonita. Ella no era creída, con todo mundo se llevaba», dijo Paola.
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Anyie no mostró a su familia que tenía depresión
Paola Sandoval dijo que su hermana nunca les contó nada de lo que estaba pasando y su confidente era una amiga. «Yo tengo dos audios de donde la amiga de ella, Anyie le contaba todo y es allí donde le decía que había entrado en depresión», agregó.
Asimismo, Paola destacó que en los audios se escucha a la jovencita no le iba a contar nada de lo que estaba pasando a su madre, puesto que no la quería meter en más problemas.
Además, la hermana de Anyie confirmó que ya saben más o menos por dónde llegó el problema y quiénes podrían estar involucrados.
Un pueblo la llora
Paola contó que Anyie era muy querida en el pueblo y muchos jóvenes y adultos lloraban sobre su ataúd y no podían creer lo que estaba pasando, porque era una niña muy alegre y llena de vida.
«Ella no eran 1 ni 2 amigos los que tenía, ella tenía gente y todo mundo lloraba por ella, no había quien no llorara», dijo entre lágrimas Paola.
La jovencita soñaba con tomarse fotos profesionales y un día se le cumplió el sueño. Un fotógrafo llegó a San Marcos de Colón y le dijo a Anyie que le iba a regalar la sesión que ella tanto quería.
«Esa cipota no durmió dos noches pensando en esa sesión de fotos y que ella iba a hacer las mejores poses. La llevé al salón a que le pusieran uñas y le arreglamos el pelo, ella estaba feliz».
«La iban a contratar de modelo en un canal, pero como le dije a mi mami, le cortaron los sueños a una niña inocente», finalizó Paola.
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