SAN PEDRO SULA. Las corroídas paredes de tabla de viejas y polvorientas casas de un piso evocan una fascinante historia que combinan el oro, la plata y las piochas con el sudor de los obreros en el Municipio de La Unión, Copán, occidente de Honduras.
Estoy sentado en el suelo conversando con doña Belinda, mientras ella llena de tierra fértil, una a una, las bolsas con plantas ornamentales de su casa.
El municipio y sus aldeas cercanas respiran aire fresco y limpio casi todo el año. La gente usa suéter en las noches, por las mañanas. Y no le extrañe, si viene, gozar de madrugadas con temperaturas rondando los 16 grados centígrados allá por diciembre o enero.
Con ambientes tan agradables y rodeado de cerros nublados, este municipio es famoso entre otras cosas, por su gente.
Un anciano de la zona, de sombrero y abrigo azul, relató a Diario TIEMPO que llegó al municipio con apenas siete años de edad, acompañado de sus padres y hermanos. Quienes aseguró, no llegaron persiguiendo el crecimiento económico, sino más bien, huyendo de la prisa de la grandes ciudades.
La belleza de un pueblo occidental
De esa gran historia ahora sólo quedan vestigios, casas de adobe que se pueden divisar en medio del bosque, precisamente, ese remanente arquitectónico casi fantasmal y la riqueza natural de la zona, que los mismos pobladores han denominado como el más hermoso de los pueblos en Copán, que lo convierten en un atractivo turístico, pese al
abandono en el que las autoridades municipales lo mantienen.
El abuelo reprochó el poco apoyo que de la alcaldía ha dado al sitio, que con una inversión
económica podría ser reconstruido para explotar la belleza del antiguo pueblo.
Resaltó que en cada una de las calles y estructuras de este municipio se guarda un pequeño tesoro cultural. Lo anterior, para los amantes de la historia y también del turismo de montaña.
Además de atractivos, este bello poblado, tiene también la riqueza de su gente. Quienes con humildad y nobleza de corazón sirven de guías turísticos mientras hacen a un lado la explotación de la mina en la Aldea de San Andrés.
