MÉXICO. Cansados de esperar y sobrevivir, entre 500 y 700 migrantes decidieron salir juntos de Tapachula (Chiapas) y avanzan hacia el norte en busca de un mejor lugar para esperar la respuesta a sus solicitudes de refugiados.
La nueva caravana, ahora deshecha a base de golpes y capturas entre los que menos podían correr, está conformada principalmente por haitianos. Muchos llegaron previamente a Chile, donde residieron tras el terremoto de 2010 que dejó más de 250.000 muertos.
Aunque, según El Milenio, «también se han unido algunos migrantes hondureños, salvadoreños y cubanos». La caravana se dirige por la carretera costera rumbo al interior del país. En la caravana van jóvenes, hombres, mujeres y niños de todas las edades.
Rebelión
La decisión de salir de la ciudad fronteriza fue la reacción al silencio administrativo de la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (COMAR). Es el organismo encargado de dar respuesta a las solicitudes de refugio. Gran parte del problema está en que la Comisión está desbordada y tarda más de un año en resolver las solicitudes. Sin embargo, la ley dice que está obligada a hacerlo en menos de tres meses.
Según explican, muchos migrantes quieren completar el trámite y no pretenden llegar a Estados Unidos pero necesitan salir de Chiapas en busca de alguna otra ciudad en la que encontrar trabajo y dejar las condiciones de indigencia en la que sobreviven en Chiapas.
Clamores ignorados
Las necesidades y los reclamos no son nuevos. La semana pasada los migrantes realizaron protestas a las puertas del Instituto Nacional de Migración (INM) y la COMAR, para pedir la agilización de sus trámites.
Según la ley del gobierno mexicano, mientras COMAR no dictamine sobre cada solicitud, los migrantes no pueden salir de la ciudad donde iniciaron el trámite, en este caso, la ciudad de Tapachula.
Precisamente COMAR ha sido uno de los organismos que más ha reducido su presupuesto y su personal se ha reducido notablemente a pesar de hacer frente a una crisis humanitaria que aumenta en número cada día y ha puesto al límite la ciudad fronteriza al ver como una ciudad provinciana con las infraestructuras justas y pocos empleos decentes que ofrecer se llenaba de miles de migrantes sin un peso en la bolsa ni más ocupación más que esperar.
Actualmente las citas para COMAR se están concediendo para enero y asociaciones de Derechos Humanos han denunciado deportaciones irregulares de centroamericanos y caribeños con los papeles en trámite.
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