TEGUCIGALPA, HONDURAS. El cardenal Oscar Andrés Rodríguez hizo un llamado a que los hondureños profundicen en el amor familiar, al celebrarse la fiesta de la Sagrada Familia y rechazó la irresponsabilidad paterna y la «desfiguración de una sociedad pagana que piensa que los niños son un juguete».
Rodríguez recordó que Jesús quiso nacer dentro de una familia, por lo que los niños tienen derecho a crecer dentro de un núcleo donde esté el papá y la mamá para estar bajo su protección.
«No es el plan de Dios que un niño tenga papá y papá, o que tenga mamá y mamá. Esa es la desfiguración de una sociedad mediocre, que no conoce a Dios y le quiere desfigurar la plana», dijo.
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Erradicar irresponsabilidad
El arzobispo capitalino, pidió que se termine la irresponsabilidad de los hombres que dejan a sus hijos solos con su madre, y que tengan la vocación de ser padres responsables y amorosos, como lo fue San José con Jesús.
«Jesús fue educado, creció, recibió amor y percibió los valores en un ambiente de familia, la Sagrada Familia de Nazareth. Para el niño Jesús, su familia fue un hogar de encuentro humano, encontró la dimensión de la humanidad», expresó.
Fe en tiempos de pandemia
El prelado manifestó que el año 2020 ha sido difícil para todos, pero no un año perdido, porque muchos aún confinados por la pandemia de la COVID-19 han confiado más en Dios y participado de los actos litúrgicos a través de diferentes medios de comunicación.
«Aquellos que viven maquinando el mal o no hacen nada en sus días, ellos sí han perdido el tiempo. Se puede escoger el bien o el mal. Podemos decir que en Cristo resucitado, hemos encontrado un sentido a la vida. Cristo es luz que alumbra cualquier oscuridad en nuestra vida», dijo.
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Principal vacuna es el amor
Agregó que la sociedad se está deshumanizando y que el día de la Sagrada Familia pasará como intrascendente en muchos países porque lo más importante ahora es «si ya llegaron las vacunas» contra la COVID-19, «sin tener en cuenta que la principal vacuna es el amor, lo que hace falta en la sociedad, que amemos y respetemos la vida».
Respecto a Honduras, el cardenal indicó, que pareciera que a la población ya se le olvidó que el virus es altamente contagioso y salen y participan en reuniones «sin necesidad». Por lo que, muchos hijos irresponsables ahora tienen que llorar la pérdida de sus padres y abuelos, porque los contagiaron de la enfermedad mortal.
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