TECNOLOGÍA. Científicos chinos han desarrollado un pequeño dispositivo flexible, capaz de convertir el calor emitido por la piel humana en energía eléctrica.
En su investigación, que publica en la revista Cell Reports Physical Science, el equipo demostró que el dispositivo podía alimentar una luz LED en tiempo real cuando se llevaba en una pulsera. Los resultados sugieren que la temperatura corporal podría alimentar algún día la electrónica portátil, como los rastreadores de «fitness».
El dispositivo es un generador termoeléctrico (TEG) que utiliza gradientes de temperatura para generar energía. En este diseño, los investigadores utilizan la diferencia entre la temperatura corporal más cálida, y el entorno relativamente más frío para generar energía.
“Se trata de un campo con gran potencial”, asegura el autor correspondiente, Qian Zhang, del Instituto Tecnológico de Harbin, en China. Los TEG pueden recuperar la energía que se pierde en forma de calor residual y mejorar así el índice de utilización de la energía”.
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No requiere mantenimiento
A diferencia de los generadores tradicionales, que utilizan la energía del movimiento para producir energía, los generadores termoeléctricos no tienen piezas móviles, y los hace esencialmente libres de mantenimiento. Estos generadores se instalan en máquinas situadas en zonas remotas y a bordo de sondas espaciales para suministrar energía.
Los TEG convencionales suelen ser rígidos y solo pueden soportar menos de 200 casos de flexión. Aunque los de tipo flexible pueden cumplir el requisito, su rendimiento suele ser insuficiente. Para superar esta limitación y hacer que el dispositivo se adapte mejor a los dispositivos portátiles, los investigadores unieron los componentes eléctricos principales a un material de poliuretano elástico y más adhesivo. Las pruebas demostraron que el dispositivo sobrevivió al menos a 10.000 flexiones repetidas sin cambios significativos en su rendimiento.
Además, los TEG disponibles en el mercado dependen en gran medida de un metal raro, el bismuto, que no se encuentra en estado natural en grandes cantidades. El nuevo diseño lo sustituyó parcialmente por un material basado en el magnesio, que puede reducir sustancialmente los costos en la producción a gran escala.
De cara al futuro, el equipo planea seguir mejorando el diseño para que el dispositivo pueda absorber el calor de manera más eficiente. “Cada vez hay más demanda de energía más ecológica, y los TEG encajan perfectamente, ya que pueden convertir el calor desperdiciado en energía”, afirma Cao. Mientras que, por ejemplo, la energía solar solo puede generarse cuando hay sol, los TEG pueden producir energía en muchos escenarios, siempre que haya una diferencia de temperatura”.
Con información de Europa Press.
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