TEGUCIGALPA, HONDURAS. El titular de la Comisión Permanente de Contingencias (COPECO), Gabriel Rubí, explicó los protocolos que Medicina Forense debe seguir luego que una persona muere a causa de COVID-19.
En ese sentido, el funcionario manifestó que la “ley no obliga a cremar cadáveres, la empresa será sometida a respetar derechos de los dolientes”. La aclaración surge luego de que la familia de la primera doctora fallecida por COVID-19, Denisse Murillo, denunciaron que la funeraria que haría el entierro de la galena les estaba obligando a cremar su cuerpo.
Respecto a la forma de tratar los cuerpos de las víctimas, Rubí indicó que ya hay protocolos establecidos que todas las instituciones deben seguir. Además, manifestó que hay uno adicional relacionado al traslado de los cuerpos.
Sin embargo, señaló que hay un protocolo especial al que todos deben irse preparando en caso de que las muertes aumenten de una manera alarmante. “Uno tiene que planear en función de los perores escenarios”, dijo.
El titular de COPECO manifestó que en el caso de la doctora Murillo, cuando el cuerpo seguía en el hospital donde murió, hizo las llamadas respectivas para encargarse directamente de la situación.
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En fallecidos por COVID-19, el “proceso del sepulcro debe ser rápido”
Gabriel Rubí señaló que el protocolo es igual para todos, ante el riesgo de contagio a las familias de los fallecidos por COVID-19.
Explicó que no pueden dejar que los familiares velen el cuerpo del fallecido, ya que al dejarse llevar por las emociones pueden romper con las medidas y contagiarse con el nuevo coronavirus.
En cuanto al proceso del protocolo que los encargados de los cuerpos de personas muertas por sospecha o por COVID-19 deben seguir, el director de COPECO explicó:
- Deben trasladar el cuerpo a un espacio de aislamiento, luego de identificar el cuerpo con una etiqueta.
- La sala de aislamiento debe estar preparada y desinfectada con una fórmula a base de cloro y otros componentes.
- Luego, el cadáver debe ser embolsado junto con sus prendas dentro de una bolsa térmica.
- Después los encargados lo ingresan al féretro, el cual también se embolsa y lo entregan a los familiares.
“El protocolo ha funcionado bien. El problema inicia después cuando el familiar quiere llevar a su pariente para hacer el velorio en la casa y no directamente al cementerio”, resaltó.
Finalizó diciendo que una vez que entregan el cuerpo, las autoridades deben garantizar por medio de la Policía el resguardo del vehículo hasta llegar al lugar donde la persona será sepultada. “Luego el proceso del sepulcro debe ser rápido, muy rápido”, añadió Rubí.
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