FITO MOLINA
SAN PEDRO SULA.-Con cuatro ambulancias, una con 29 años de uso, otra con 19 y las otras con seis y 16, la Cruz Roja Hondureña hace 50 años presta sus servicios gratuitos en esta ciudad que está por alcanzar el millón de habitantes.
LLAMADAS
A diario la recepcionista de la institución recibe entre 25 a 30 llamadas de personas que solicitan que la ambulancia les traslade a un familiar enfermo, herido o accidentado a un centro hospitalario. El costo de este servicio es gratuito, excepto para las personas que son llevadas a clínicas particulares. Estos pacientes tienen que pagar 800 lempiras.

Las ambulancias que ya tienen un largo kilometraje, en su interior solo llevan oxígeno y una cuchara (tabla) que se mete bajo de la espalda y extremidades inferiores del paciente para colocarlo dentro de la unidad cuando este no puede movilizarse. Dentro del vehículo va el conductor y el auxiliar que se encarga de cuidar al enfermo o accidentados.
Aunque no están dotados de ambulancias nuevas, los voluntarios y personal siempre están listos para auxiliar a las personas que hayan sufrido un descalabro en su salud o hayan sido víctimas de fenómenos naturales como inundaciones, huracanas, deslaves o accidentes de tránsito, enfrentamientos a tiros o guerras.
ASI SE MANTIENEN

La Cruz Roja que recibe un pequeño aporte económico por parte del ministerio de Salud; para subsistir y poder ofrecer la ayuda comunitaria a la ciudadanía sampedrana realiza un sorteo de un vehículo al año, extiende tarjetas de salud, recibe un aporte de 12,500 lempiras mensuales por parte de la municipalidad sampedrana.
Además, cuenta con una escuela de enfermería en donde los jóvenes para obtener el título de auxiliar en esta rama tienen que estudiar por espacio de 18 meses. Actualmente hay 70 estudiantes. Pero la gran ayuda proviene de los exámenes físicos que se hacen a las personas que solicitan la licencia para conducir en Tránsito.
Las autoridades de esta institución están esperando que el gobierno certifique el colegio para que los egresados puedan trabajar en cualquier empresa, hospitales, clínicas o con el mismo Estado.

Con los ingresos obtenidos pagan los sueldos de los 21 empleados, gasolina, servicios públicos, mantenimiento de las ambulancias y otros gastos.
De los muchachos y muchachas que iniciaron como voluntarios en la Cruz Roja aún permanecen en ella Carlos Roberto Patiño, Leonel Zerón, Marco Tulio Barahona Boquín, José Luis Paniagua y Laurita que es la voluntaria más antigua de la institución.