Cuando recordamos el momento en que vimos por primera vez a nuestra media naranja, suele acudir a la memoria su sonrisa, sus ojos, su sentido de humor o su atractivo físico. Sin embargo, un grupo de científicos sostiene que la verdadera razón no es tan romántica o sensual como se cree por lo general.
Según el estudio, que corrió a cargo de investigadores alemanes de la Facultad Médica de la Universidad Técnica de Dresde y que ha sido publicado en la revista Nature, todos tenemos un complejo único de antígenos leucocitarios humanos (HLA, por sus siglas en inglés) que permite al sistema inmunológico diferenciar entre sus propias células y las de los virus y bacterias.
Sin embargo, según los expertos, el HLA pueden tener mucha influencia a la hora de escoger pareja.
Tras estudiar la conducta sexualde 254 parejas, los investigadores concluyeron que aquellas parejas con complejos de antígenos leucocitarios muy distintos entre sí, experimentaban un mayor «deseo de procrear» y más satisfacción sexual.
Los investigadores señalan que la descendencia de aquellas parejas, tanto en humanos como en animales, que presentan una mayor diferenciación en sus antígenos leucocitarios tiene una probabilidad mayor de ser más resistente a virus y enfermedades.
¿Cómo descifra nuestro cuerpo los HLA de los demás?
Los científicos hacen hincapié en el olor y ponen como ejemplo las señales olfativas que determinan la selección de pareja entre los animales.
De hecho, está probado que las neuronas olfativas detectan los HLA, cuyos componentes se encuentran en nuestro sudor y saliva. De ahí que las parejas con HLA distintos sean más propensas de describir como atractivo el olor corporal de su pareja, explican los investigadores.
A fin de cuentas, este estudio parece proponer una explicación científica al conocido dicho popular de que «los opuestos se atraen».
Fuente: RT