CORTÉS, HONDURAS. Esfuerzo, valentía y dedicación son las claves para un joven hondureño que pese a las adversidades ha logrado vencer los obstáculos y graduarse con mención honorífica de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras en el Valle de Sula (UNAH-VS).
David Guerra, de 36 años, actualmente se convirtió en licenciado en Informática Administrativa.
Guerra relató a Diario Tiempo las situaciones a las que se ha tenido que enfrentar y adaptarse en su vida, pero que lo han impulsado para reinventarse y motivar a la juventud hondureña.
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Un cambio de vida
A la edad de 17 años, David empezó a ver la vida desde otra perspectiva, cuando un accidente provocó una movilidad reducida en su cuerpo.
«Ocurrió en Siguatepeque, el 16 de junio, le ayudaba a un amigo a bajar mangos y me apoyé de una rama. La rama se quebró y caí en una cerca de madera. Una de las barandas se incrustó en mi cuello, en mi mejía y otra en el costado izquierdo», explicó.
Este accidente, en el que cayó de un árbol de mangos, le provocó una lesión medular a nivel de tórax, que lo dejó en una silla de ruedas.
Para David fue un proceso muy difícil adaptarse a un nuevo estilo de vida y otro acontecimiento doloroso se le avecinaba, la muerte de su madre.
«En mi vida lo mas difícil es haber quedado en silla de ruedas, adaptarme a una nueva vida, perder a mi mamá a un año del accidente y no poderla ver», indicó.
Vida universitaria
Pese a las adversidades, David seguía avanzando y luego de unos años decidió matricularse en la universidad y demostrar que cuando uno quiere, puede.
«La vida universitaria fue un poco de todo, con muchas adversidades por la infraestructura que no estaba adecuada para personas con discapacidad, no habían rampas, aparcamiento señalizados», expresó.
La infraestructura de la universidad no le permitía a David movilizarse como él quería, sin embargo, le dio la oportunidad de conocer personas que le llegaron a tender una mano.
«Esa situación de la universidad dio paso a que conociera muchas personas, que en más de alguna oportunidad me brindaron ayuda, para llegar a tiempo a una clase o para subir a una segunda, tercera o cuarta planta», expresó.
Los años pasaban y este joven seguía esforzándose para obtener su tan anhelado título, ya que detrás de él, hay esfuerzo, desvelos, sueños y quizá hasta lágrimas.
«Haber obtenido un título universitario me llena de satisfacción porque el esfuerzo dio su fruto. Sentar un precedente y abrir una brecha para otras generaciones que al igual que yo tienen algún tipo de discapacidad y demostrar que sí se puede».
David ha logrado muchas cosas en su vida y reveló que para él lo más preciado es haberse casado, egresar de la universidad con honores y obtener su casa.
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