Rodolfo Pastor Fasquelle.-
A fines del verano que, pese a un par de chubascos aun no termina, los medios se llenan de variadas noticias acerca de la escasez del agua alrededor del Valle de Sula, desde San Pedro hasta el Progreso. Desde Choloma a Villanueva.
Su nombre antiguo ¡Sula! quiere decir abundancia del agua… que hubo mucha sin duda, alguna vez. Cruzado hasta el siglo XVI por un gran río navegable y bañado desde siempre por el escurrimiento de las altas montañas que lo delimitan– mucha parte del Valle de Sula pasaba, desde inmemorial tiempo y hasta principios del siglo XX, inundada, largos meses de cada año. Sus habitantes primigenios se adaptaron a esa circunstancia. De modo que es gran ironía que pudiera llegar a este termino la historia, hasta esta sequía que afecta a los cultivos y comunidades sedientas, que se quedan sin fuentes de agua y despueblan y ¿que terminara siendo el Valle de Sula una tierra baldía, dejada de Dios y de sus gentes, tapizada de plástico y concreto, improductiva y un día quizás no lejano inhabitable? ¿Nuestra hechura?
«Cuando entrega los ríos a un abuso mercantil intensivo, detiene la construcción de parques, y en cambio construye sobre los acuíferos arterias de tráfico de alta velocidad contaminantes»:
Rodolfo Pastor
Aquí entre nos, no creo que sea un demonio, como dicen, ni me asusta, solo es un pobre diablo. Y no tiene toda la culpa el gobierno actual. Pero un poco da risa. Que se esté quejando la autoridad de que se le están secando los pozos y se le secaron ya los ríos. Y peor cuando declara que esta haciendo todo lo que puede para preservar los acuíferos. (Y los medios le hacen eco, y publican eso.) Cuando entrega los ríos a un abuso mercantil intensivo, detiene la construcción de parques, y en cambio construye sobre los acuíferos arterias de tráfico de alta velocidad contaminantes. Y dice que es progreso. Y cambia los parámetros de protección la zona de recarga del Acuífero, al pie de la montaña en Armenta, entregándola a los ricos y poderosos desarrolladores para que urbanicen. El lugar justo en que el río subterráneo que nace de su entraña del Merendón, se recargaba del escurrimiento de la falda, que se filtraba limpiamente en un suelo arenoso y que ahora -disminuido también por la construcción arriba— se derrama sobre asfalto, se encharca en el concreto, se cuela al fin ya sucio y contamina.
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Sin que nada diga DIMA, ni digan nada los medios de masa. Sin que en ningún momento actúen las fiscalias especiales porque tendrían que estudiar, documentar, actuar contra muchos. Y no entienden que dejar de hacerlo igual es traicionar el bien común, el interés general de la sociedad, del que supuestamente son custodios. Da risa y grima y gana de llorar. Por lo que es previsible que suceda, cuando se les sequen también los ya chucos pozos de emergencia. ¿Tonces que?.
¿Dónde tienen la cabeza que tanto les apesta y tan poco ven, miran? ¿Hasta cuando va a seguir esta degradación antes que la detengamos los ciudadanos pensantes que quedan en Sula?