HONDURAS. Humilde, trabajador y buen contador de historias, pero, además, dedicado a la conservación de la naturaleza como pocos, al punto de que resguardaba el Parque Nacional Cusuco como si fuese su mismísimo tesoro, así fue don Macrin.
El señor llegó al Parque Nacional Cusuco en los años 1970, pues lo contrataron para realizar trabajos varios en ese lugar, pero corrió con la mala suerte de que su patrono enfermó y murió días después.
A pesar de la decepción y tristeza que le causó la muerte de su empleador, decidió quedarse allí, pues la belleza del Cusuco lo cautivó. Fue así como comenzó a ganarse el título de Eterno Guardián del parque.
Don Macrin decía a los visitantes que se sentía a gusto en ese lugar, a pesar que lo único que le hacía compañía era el clima, los animales y la vegetación. Sí estuvo casado, pero enviudó.
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Sobre la montaña don Macrin construyó su casa. Le fascinaba recibir y atender a las personas. Siempre les ofrecía frutas de las que crecían en su jardín y, por supuesto, era imposible no pasar y quedarse a platicar con él. Al final del día, siempre se despedía con una sonrisa.
Lamentablemente, Rodolfo Sabillón, guía turístico y director de ConoceHonduras, dio a conocer que don Macrin murió durante el fin de semana y tristemente lo hizo luego de más de ocho meses sin recibir una visita, pues las personas temían llegar y contagiarlo de Covid-19.
El Eterno Guardián del Cusuco ya no vive más, pero su legado permanecerá por siempre. ¡Don Macrin ahora es una leyenda del parque nacional! Al cual le entregó sus fuerzas y su voluntad durante casi cincuenta años.
Probablemente sin saberlo con exactitud, él contribuyó para que El Cusuco se posicionara en el lugar número 28 en el mundo, con mayor biodiversidad en el planeta. Para muchos él fue un héroe anónimo.
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Pesar entre visitantes
Llegar al Parque Cusuco ya no será como antes. Para cualquier turista, su casa era una parada obligatoria, pero ahora, solo los recuerdos quedan. Por supuesto que las redes sociales han sido inundadas con mensajes de pesar.
«En paz descanse, un cuidador del bosque, y con él se van miles de historias maravillosas de este mágico lugar llamado Parque Nacional Cusuco», puntualizó un usuario de Facebook.
«Yo lo conocí hace al menos 15 años. Todavía vivía su esposa. Ella estaba enferma y él bajaba por sus medicinas. La impresión que dejó el mí el camino q caminaba a diario y su personalidad tan sutil y amable», comentó Gabriela Matute.
«Solo me imagino su estatua en este lugar para recordar su bonita labor. Que en paz descanse, cuidador de este mágico lugar llamado Parque Nacional Cusuco», propuso Yolany Rodriguez.
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