MÉXICO. Joaquín «El Chapo» Guzmán está dispuesto a declararse culpable de las acusaciones de narcotráfico por las que Estados Unidos lo pide, siempre y cuando no sea enviado a una prisión de alta seguridad, dijo su abogado José Refugio Rodríguez a Univision.
Rodríguez advirtió que en una eventual discusión con fiscales norteamericanos su cliente no estaría “arrodillado’’ porque tiene muchos recursos para combatir la extradición, pero que está dispuesto a “aceptar su culpabilidad en los cargos por los que lo pide Estados Unidos’’.
A la pregunta de en qué condiciones, el abogado respondió:
“Que me tengas en un lugar privado de mi libertad donde no esté en las condiciones que estoy aquí’’.
Como primer requisito en las peticiones que haría a Estados Unidos a cambio de “renunciar a un derecho de defensa en México”, agregó Rodríguez, pediría que Guzmán no fuese recluido en un penal de máxima seguridad donde no tuviera contacto con otros internos ni viera la luz del sol por más de una hora al día.
“[Pediríamos] condiciones favorables para que enfrente los procedimientos legales en Estados Unidos frente a la prisión. ¿Cómo? que no llegue a una cárcel de máxima seguridad… y ya después se negociaría la penalidad’’, explicó el abogado.
De entregarse, no necesariamente “implica ir a hablar de los demás, ir a poner ciertas gentes’’, advirtió Rodríguez.
“Vamos a trabajar la extradición para que Estados Unidos no encuentre a un hombre postrado de rodillas, suplicando ayuda. Que el gobierno americano vea que tenemos elementos legales para ganar la extradición en México”, afirmó el abogado.
La posibilidad de una negociación con Estados Unidos no ha sido hasta ahora abordada con ninguna fiscalía ni agencia del gobierno americano, explicó Rodríguez.
Hasta ahora se limita a la propuesta del propio Guzmán y a un acuerdo de Rodríguez con un abogado de Estados Unidos, quien ya ha estudiado los expedientes y están considerando contratar para los casos.
En la extensa entrevista, Rodríguez aseguró que después de la aprehensión de Guzmán en Los Mochis, fiscales mexicanos le pidieron que revelara los nombres de funcionarios del gobierno de México que actuaban en complicidad con él.
“Yo sé que fue cuestionado sobre ese punto y se negó a dar información”, afirmó.
El abogado aseguró que Guzmán está en riesgo de enfermar, ya que “se queja de mucho frío”, los custodios no le proveen de suficiente abrigo, además de que no puede dormir porque le despiertan cada hora para pasar lista.
“Al haberse fugado dos veces de los dos penales de máxima seguridad en México pues puso en evidencia al sistema penitenciario mexicano”, añade. Ahora, “bajo el pretexto de tener la seguridad de que no se les vuelve a escapar, veo que le están haciendo pagar las consecuencias de que se haya ido”, apunta.
Según Rodríguez, agentes de la DEA que participaron en la operación que culminó con la detención de Guzmán en las torres Miramar, en Mazatlán, le reclamaron agresivamente por no tener altas sumas de dinero en su poder.
“Iban agentes de la DEA que lo estuvieron cuestionando e inclusive estaban enojados, estaban molestos hasta me dijo que lo golpearon, porque lo detuvieron con 46 mil pesos (equivalentes a poco menos de 2,500 dólares) y le dijeron que por qué no tenía más dinero’’, afirmó.
El equipo de la defensa, agregó Rodríguez, viene preparándose desde el día en que Guzmán fue notificado del inicio de su proceso de extradición, luego de su recaptura en Los Mochis, Sinaloa . Abogado y cliente tuvieron conocimiento desde marzo de 2014 de documentos diplomáticos en los que se preparaba su pedido en extradición. Desde entonces comenzaron a prepararse.
“Nosotros tenemos más de un año platicando con un abogado de Estados Unidos (…). Empezamos el diálogo antes de conocer las peticiones formales de extradición, para saber cómo estaba la situación jurídica”, relata en entrevista exclusiva con Univision Investiga, la primera que acepta dar en cámara en 36 años de carrera como litigante.
El Chapo también afronta cargos por homicidio en Estados Unidos
La posición actual de la defensa está concentrada en promover recursos legales ante jueces y la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, que permitan a Guzmán recibir visitas de Emma Coronel, con quien tiene firmado un acuerdo de concubinato, y de todos sus representantes legales.
Alargar los juicios, la estrategia en México
Rodríguez aseguró que “los procesos penales que están en México como eran de años muy atrás, todos tienen prueba ilícita, entonces mi estrategia de defensa ya está bien definida”.
Confesó en cambio que su mayor preocupación radica en que “el gobierno (mexicano) no nos respete el debido proceso” en el litigio contra la extradición.
Su estrategia para que la entrega a Estados Unidos no sea “de rodillas” consiste en confrontar las peticiones de llevarlo a California y Texas, que llegaron a la cancillería mexicana en junio y julio del año pasado, hasta que los asuntos se discutan en la Suprema Corte de Justicia de México.
El alegato principal por el momento es que dos las peticiones tienen un vicio de origen, ya que “ambas fueron suscritas por un funcionario de la embajada americana que no es el embajador”, afirmó.
En los documentos de las cancillerías de ambos países que el abogado mostró a Univision Investiga aparece la firma de Marjorie Phillips, ministra consejera de asuntos administrativos de la Embajada de Estados Unidos en México.
Phillips no era embajadora ni jefa de misión diplomática autorizada para el trámite de acuerdo con las reglas del Convención de Viena sobre Relaciones Diplomáticas, aseguró el litigante, quien ya incluyó este argumento en dos impugnaciones, presentadas en la segunda semana de enero.
Esto no anularía las peticiones de fondo, según explica, pero sí les haría ganar tiempo, ya que al cabo de tres años de recursos legales, el proceso debería recomenzar con la firma autorizada.
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Mientras se resuelven estos formalismos, Rodríguez explicó, también tiene argumentos de fondo, porque la petición de California “no se pidió en tiempo y ya es improcedente”.
De la solicitud para juzgar a Guzmán ante la Corte Oeste de Texas, en El Paso, en la que se le acusa de haber ordenado varios asesinatos cometidos en México, revira que no existen pruebas suficientes.
“Si bien es cierto que tiene cinco testigos, cuatro no lo conocen, sino lo conocen no pueden dar razón de alguna actividad delictiva de él. El quinto testigo que lo conoce, dice que lo conoce, pero no dice cómo lo conoció ni qué hicieron cuando lo conoció, no redacta ninguna conducta delictiva cuando él lo conoció”, revela.
Estas condiciones empujarían una negociación mucho más que el temor a enfrentar condenas en México, las cuales no parecen preocuparle demasiado al abogado.
Abogado principal
Rodríguez se define como “un hijo de campesinos” nacido en Culiacán, Sinaloa. Se crió y ha ejercido la mayor parte de su carrera desde un pequeño despacho en Apatzingán, en la última década una de las ciudades más violentas del estado mexicano de Michoacán, enclave de los grupos de civiles que se han armado para enfrentarse al narcotráfico, conocidos como autodefensas.
Este origen común le permitió ganarse la confianza de su cliente en conversaciones informales sobre canciones de corridos, mujeres y delfines, con bromas y recuerdos de sus infancias humildes. Tal empatía es parte del perfil de Guzmán, quien siempre ha preferido abogados de bajo perfil y de provincia, en lugar de grandes despachos de la capital mexicana.
Rodríguez no tiene secretaria ni chofer, no usa agenda y recuerda de memoria las fechas de sus audiencias de un extremo al otro de México, a donde viaja lo mismo en autobuses de pasajeros que al volante de su Mercedes Benz, “regalo de un amigo” al que ayudó gratis en varios problemas legales.
Aunque se siente orgulloso de haber pasado de ser un “cobrador de guaraches (sandalias)” en tiendas rurales, a “defensor del Chapo Guzmán”, procura en la entrevista marcar su distancia. Aclara que debe su sustento a muchos clientes y nunca le ha llamado “patrón” al líder del cártel de Sinaloa. Un par de preguntas después, se sonroja cuando recuerda que una vez el que sin duda es su cliente más famoso dijo que era “el mejor abogado penalista de México”.
Sueña con que su hija menor estudie en Harvard y aunque jamás en su carrera ha dado entrevistas, a pesar de haber estado involucrado en varios de los casos más polémicos de la historia judicial reciente del país, su conversación se llena fácilmente de anécdotas, que recrea con detalles a la menor provocación.
Cuando se refiere al Chapo, jamás le nombra con este apodo que le ha hecho mundialmente conocido, sino Joaquín o “el señor Guzmán”. Para hablar sobre su papel en este caso, recurre a metáforas como que el Chapo Guzmán es David, que se enfrenta al Estado, Goliat. Incluso que cree en su defensa porque sabe que no está peleando contra molinos de viento, como el célebre episodio del Quijote.
Fue contratado un mes después de que El Chapo fuera detenido en un condominio de Mazatlán en 2014, una ciudad turística de bellos atardeceres con vista al océano Pacífico en Sinaloa, tierra natal del líder del cártel y donde fincó su imperio. Logró un rápido ascenso de fungir como uno más en su grupo de litigantes a “coordinar todas las defensas”, por orden expresa de Guzmán.
Inicialmente encargado solo de los asuntos de extradición, ahora Rodríguez combina el litigio de las causas penales en México con la batería de amparos e impugnaciones en contra de la extradición y mejores condiciones carcelarias, que son presentadas bajo su supervisión a distintos juzgados alternadamente por él, otros miembros de su equipo y varios abogados externos, entre ellos Juan Pablo Badillo.
Actualmente encabeza un equipo de seis abogados, que llevan simultáneamente las diez causas penales de Guzmán en México, las dos vigentes para su extradición, más los juicios de otros 10 supuestos miembros de su organización y su familia, como Inés Coronel, el padre de su esposa Emma Coronel, dos de los hermanos de ella, el hermano del capo Miguel Ángel Guzmán, más los dos lugartenientes con los que el Chapo ha sido detenido: Carlos Manuel Hoo, en 2014 e Iván Gastelum, alias El Cholo, el 8 de enero pasado.
Fue la primera persona que accedió a ver a Guzmán luego de que fuera reingresado en el penal del Altiplano, en el Estado de México, y es el único que no ha sido detenido ni acusado por complicidad en la fuga de su cliente por medio de un túnel construido debajo del penal.
Univisión Noticias