TEGUCIGALPA, HONDURAS. El manejo del caso de la hondureña Digna del Carmen Lorenzo, quien provenía de Taiwán con algunos síntomas parecidos al coronavirus, la poca preparación y el reducido rigor mostrado por parte del sistema de Salud del país.
Al revisar lo que aconteció el martes, es fácil detectar que las principales autoridades de Salud no supieron manejar el lenguaje para comunicar o informar sobre el caso.
Por ejemplo, la ministra de Salud, Alba Consuelo Flores, inicialmente descartó el caso porque no se había confirmado. Eso sí, anunció que le practicarían los análisis de acuerdo al protocolo establecido para estos casos.
Por su parte, el viceministro de Salud, Nery Cerrato, fue más allá al confirmar a los medios que la persona sí tenía sospechas de estar infectada con coronavirus, aunque aclaró que aún no se le habían realizado todos los exámenes para confirmar o descartar el virus.
La funcionaria, frente a los medios de comunicación, afirmó: «Sospechosa, no, porque en este momento no lo hemos comprobado, viene como viajera de Taiwán, porque ella se encontraba haciendo turismo, y tiene un nexo epidemiológico, pero eso no quiere decir que venga con síntomas.
Además, indicó: «Nos corresponde seguir el protocolo internacional y ser responsable incluso con la información».
Ese cruce de declaraciones fue suficiente material para aumentar la curiosidad de la prensa y generar un ambiente de expectación y alarma.
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Equipo de protección de Salud no es el adecuado
Expertos coinciden que de haberse dado un caso real de coronavirus su contagio hubiera sido inminente.
Las fallas en el manejo de ese caso inician desde el momento en que a Digna se le traslada hacia un área supuestamente aislada del Aeropuerto Internacional de Toncontín.
En este proceso, a la hondureña se le cubrió únicamente la cabeza con una bata sintética. Además, la trasladaron, a través de una silla de ruedas, por los pasillos de las instalaciones, mientras una multitud de camarógrafos, sin ninguna protección, perseguían a la paciente para sacar fotografías y vídeos.
También, fue notorio que uno de los guardias que ayudó en el traslado de la hondureña, ni siquiera llevaba el traje sintético. Solamente usaba un cubreboca.
En otros países no se permite que la prensa esté sobre el paciente u obstaculizando el proceso de traslado que se realiza. Todo se toma con la mayor calma y precaución necesaria.
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No se evaluó a los demás pasajeros del avión
Además, otro evidente mal manejo fue que no evaluaron a los pasajeros que venían en el vuelo. Aparentemente hasta el día siguiente, miércoles, solicitaron a los viajeros su presencia para realizar los análisis clínicos.
Coronavirus: Traslado a Hospital del Tórax
En el momento en que se trasladó a Digna al Hospital del Tórax, tampoco se utilizaron las medidas más efectivas. Por ejemplo, miembros de la prensa mantuvieron demasiada cercanía con la paciente y sin ninguna medida de seguridad.
Además, los miembros de la Salud y otras autoridades no se molestaron ni en establecer perimetros de seguridad. Incluso, civiles llegaron al lugar a curiosiar cuando en realidad solo el personal de Salud debía estar allí.
En el traslado de la hondureña no solo se violaron los protocolos para este tipo de procedimientos. Tambien se permitió la presencia de civiles sin ninguna protección. Incluso, algunos llegaron o estaban en el lugar para lanzar comentarios ofensivos contra la hondureña. Uno de ellos, hasta grito que era mejor quitarle la vida para que no contagiara de coronavirus a otras personas.
Es oportuno mencionar que el Hospital del Tórax es uno de los centros asistenciales del país que ha presentado muchas carencias, limitaciones y falta de presupuesto. Sin embargo, ha sido escogido como uno de los hospitales preparados para atender a personas con síntomas del coronavirus.
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Medios de comunicación en lugar de informar crearon alarma innecesaria por coronavirus
Pero Digna no solo sufrió abusos durante su traslado hacia el Hospital Escuela.También su privacidad fue invadida cuando un medio de comunicación televisivo se tomó la atribución de presentar el contenido de Facebook de la hondureña. Luego se expuso su imagen y vida privada como si se tratara de un hecho confirmado. Ahora el perfil aparece inactivo, al parecer como medida de seguridad para no recibir mensajes de odio o discriminación.
En conclusión, este triste y preocupante episodio refleja una lamentable realidad: No estamos preparados para protegernos del coronavirus.