TEGUCIGALPA, HONDURAS. Medidas sustitutivas distintas a la prisión recibieron los exdirectores del Centro Penal de Támara acusados por delitos de tortura.
Se trata del coronel activo Mariano Obdulio Pacheco y el teniente coronel Ewart Arnaldo Padilla, quienes acudieron ayer, domingo, a la audiencia de declaración de imputado a los juzgados de Letras de lo Penal de Tegucigalpa.
En ese sentido, el Poder Judicial, mediante su cuenta oficial de Twitter informó que la audiencia inicial contra los exdirectores se fijó para el viernes 1 de julio, a las 9:00 a.m.
Las medidas sustitutivas son mecanismos establecidos en el Código Procesal Penal y que tienen como finalidad garantizar la presencia del imputado en el proceso, cuando a criterio del juzgador no le es aplicable la detención judicial o la prisión preventiva por no concurrir los peligros de fuga ni el entorpecimiento de las investigaciones de parte del mismo.
El efecto de las medidas sustitutivas es que al imputado se le escuchará en libertad con las limitaciones implícitas en la medida que se le dictó.
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Acusación
Al exdirector del Centro Penal de Támara y al subdirector, el Ministerio Público (MP) los acusan por el delito de violación a los deberes de los funcionarios, tortura y lesiones contra varios reos.
La fiscalía interpuso un requerimiento fiscal con orden de captura contra los altos oficiales de las Fuerzas Armadas.
A Mariano Pacheco lo detuvieron la tarde noche del sábado en su residencia en Santa Rita de Yoro, aunque existía una audiencia programada para el próximo 28 de junio, de acuerdo a su apoderado legal. Asimismo, ayer, domingo, se conoció la captura del segundo implicado.
Denuncia contra los exdirectores
A los exdirectores del centro penal de Támara se les acusa por los hechos que acontecieron en el mes de abril de 2021.
La acusación señala que cuatro privados de libertad permanecieron encerrados por una semana en la celda denominada “La Bestia” como castigo por haber tenido problemas con otros reos dentro de su módulo.
“La bestia” es una celda tipo jaula elaborada de barrotes de hierro, sin techo, de dos niveles.
Durante el tiempo que permanecieron los presos en ese lugar, estuvieron en condiciones inhumanas, expuestos al sol, lluvia, frío e insectos.
Según el informe de las autoridades, el tiempo en el que los reos permanecieron en esta jaula, hacían sus necesidades fisiológicas en bolsas.
Los reos estuvieron expuestos a la vista y burla de las personas que pasaban por el sector, ya que solo les permitían ir una vez al día al baño.
Asimismo, a los internos que encerraron en “La bestia” los torturados con una bomba lacrimógena y, tres de ellos, golpeados con toletes; a tal punto que uno de ellos sufrió fracturas en sus brazos, por lo cual fue trasladado al Hospital Escuela.
Incluso, de acuerdo con lo descrito por el MP, al practicarles evaluaciones médicas y psiquiátricas a los ofendidos, se constató que sufrieron daño psicológico por haber permanecido en esa celda y padecer toda clase de sufrimientos.
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