De Mujeres. El año pasado estuvieron marcadas por las restricciones de la pandemia y condenadas a la virtualidad, pero en 2022 muchas compañías vuelven a celebrar cenas de Navidad de empresa.
Una cita destinada a saborear ricos platos y compartir unos tragos y brindis, pasar un rato más distendido, cerrar el año con unos bailes o estrechar el trato con tus compañeros de oficina en un ambiente más distendido, alegre e informal.
Sin embargo, no todo vale. Acabar por los suelos tras la décima copa, aprovechar la ocasión para discutir sobre temas laborales, abordar a tu jefe o resultar estridente, maleducado, o demasiado protagonista pueden propiciar que la noche acabe como el rosario de la aurora.
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Estas son algunas de las aberraciones que jamás deberías cometer en la cena de Navidad de la empresa
Pasarte de la raya con el alcohol
Una mala noche la tiene cualquiera, pero mejor que no sea en la cena navideña de empresa. Beber como si no hubiese mañana, llamar la atención sobre tu estado de ebriedad, caerte, romper algún objeto, salir del restaurante haciendo eses o balbucear no te dejarán precisamente en buen lugar.
Bebe con moderación, intercala el consumo de copas con agua para permanecer hidratado y no sufrir disgustos. También mantén siempre la buena educación y la simpatía, y no caigas en una borrachera lacrimógena, agresiva o molesta con el resto de tu equipo.
Vomitar
Vomitar en la fiesta de Navidad puede convertirse en un importante lastre para tu reputación, y una anécdota que podría tardar en ser olvidada en la oficina.
Si no quieres que tus compañeros te vean con otros ojos, no consumas alcohol a un ritmo vertiginoso, llena el estómago, aprende cuándo debes parar y si no te encuentras bien o la última copa te sienta mal, márchate a casa antes de que sea demasiado tarde.
Actitud estridente, agresiva o maleducada
Subirte a bailar encima de una silla, hacer chistes fuera de lugar, caer en el exceso de confianza o monopolizar las conversaciones y tener una actitud maleducada no son lo más apropiado.
Escapa del comportamiento bullicioso o histriónico, adopta una actitud relajada y no dejes que las cosas se salgan de control.
Aguarle la fiesta al reto podría sembrar el germen de una mala relación con tus compañeros, deteriorar tu imagen profesional y lastrar tu futuro.
Sermonear al jefe o a tus compañeros
No es el momento ideal para comentarios constructivos, pero mucho menos para críticas destructivas. Sermonear a tu jefe con lo que no te gusta, pedir un aumento de sueldo, debatir aquello que no te parece bien o reprochar algo a otro compañero son actitudes prohibidas.
Si te llevas mal con alguien, no te sientes cerca ni entables diálogo más allá de lo cordial con esa persona. En todo caso, no te pongas a discutir acaloradamente o perderás el decoro.
El momento de la cena de empresa tampoco es el más adecuado para hablar de proyectos ni monopolizar la conversación con tus ideas. De lo contrario, generarás incomodidad y restarás ambiente festivo.
Lo ideal para estos eventos es escapar de los diálogos relacionados con el trabajo y apostar por una noche ociosa.
Averiguar y hablar mal de otros
Aunque las relaciones humanas son complejas y es fácil que no simpatices con algún compañero de oficina, las diferencias no han de ser motivo para averiguar, criticar a otros a sus espaldas, sembrar rumores o aprovechar la coyuntura de la cena para alimentar bandos.
Pasa la fiesta navideña de empresa en compañía de aquellos con los que tienes mejor relación, aprovecha la oportunidad para conocer mejor a las personas con las que tienes menos trato y no olvides escuchar, dejar hablar y mostrar interés y buenos modales. ¿O acaso quieres ser el Grinch que arruine la cena?