TEGUCIGALPA, HONDURAS. La realidad económica de Honduras es «sumamente sombría» y no corresponde la calificación de «B1 estable» designada por la agencia Moody’s, según opinó Edwin Araque, expresidente del Banco Central de Honduras (BCH).
Las consideraciones del experto proceden luego de que hace un par de días, la titular de la Secretaría de Finanzas, Rocío Tábora, desveló que el país se mantiene en 2020 bajo el mismo símbolo indicativo (B1).
Es importante saber, en primera instancia que, Moody’s otorga la calificación B a las naciones cuyas obligaciones se consideran «especulativas» y que están sujetas a un riesgo crediticio.
En virtud de lo anterior, Tábora manifestó que la estabilidad en la percepción económica de Honduras se debe a «las fortalezas crediticias del país». No obstante, Araque niega esa versión y asegura que la calificación está lejos de la realidad, misma que es mucho peor.
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¿Cuál es el verdadero panorama económico de Honduras?
«La calificación de B1 es deplorable para el país e irrelevante actualmente porque no corresponde a la realidad producto de la pandemia y factores anteriores» comenzó diciendo Araque. Además, tachó la actualidad económica nacional como «sumamente sombría».
Como argumento de su aseveración, el exfuncionario describió que el país ha sostenido una «contracción económica» en la última década. La misma, considera, se ha reflejado en un estancamiento de la inversión privada.
Ante ello, recordó que, en 2008, la inversión de ese tipo sumaba 42 mil 200 millones de lempiras. Pero, un año más tarde, tras la crisis política, disminuyó a 26 mil millones. Es decir, una rebaja de un 40 por ciento.
En los años subsiguientes, el panorama ha visto algunas mejorías, pero continúa «tenue y deprimido», según estima el economista. En 2019, el crecimiento de la inversión privada permitió alcanzó una cifra de 36 mil 400 millones.
«Tenemos casi una década perdida. Eso explica el bajo desempleo en el país y como la fuerza joven ha salido expulsada económicamente por razones de calamidad», ilustró.
Además, afirmó que la categoría donde Moody’s sitúa a Honduras (B) indica que es un país especulativo y «destina todo su consumo básicamente a condiciones».
Araque concluyó su participación señalando que el Producto Interno Bruto (PIB) en Honduras ha crecido 3 por ciento en base a consumo e importaciones, pero no mediante una inversión productiva interna.
El año anterior, el economista Nelson Ávila comentó que el Gobierno no debe «ufanarse» ante esa calificación, pues, es como si «alguien se alegra por sacar un 60 % en la universidad».
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