SAN PEDRO SULA. Adán Alberto Ríos, su nombre quizá te suene conocido porque recientemente tuvo el valor de salvar entre las llamas a una niña en la Alde El Marañón en Villanueva, Cortés, región norte hondureña.
Mientras este joven estaba trabajando en la construcción de esa zona, comenzó a esuchar llanto, gritos de auxilio de una angelito, otro en su lugar posiblemente hubiese preferido hacerse el que no escuchó o ignorar la fatídica situación; sin embargo, Adán no lo dudó dos veces para dirigirse a rescatar a los tres niños que clamaban por ayuada en la vivienda de aquella tarde, el calor era fuerte, las llamas parecían no tener piedad, pero este hondureño se las ingenió para empujar la puerta y poder sacar la niña, ya los otros varoncitos fue imposible.
Huellas de aquel imborrable día han quedado marcadas a través de graves quemaduras en todo su cuerpo y se encuentra hospitalizado en el Mario Catarino Rivas de esta ciudad.
Este joven apenas fue a la escuela, pero su corazón es enorme y su coraje no tiene límites, no tiene casa propia porque reside junto a sus padre es una humilde vivienda.
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Ahora ellos esperan ayuda de las autoridades hondureñas para salir de esta compleja situación, momento que ninguno pensó pasar. No cabe duda que su nombre estará guardado en la memoria archivada de todos os compatriotas, no digamos en aquellos que se beneficiaron de forma directa al salvar su niña, tras el voraz incendio que se llevó a dos hondureñitos.
Ahora no sólo resta recordar, también nos corresponde ayudar con lo poco que podamos a esta humilde familia, a este joven que por su mente pasó en ese momento sólo ayudar a los niños.
SÉPALO
El valiente hombre arrebató de entre las llamas a Astrid Nicole López (6), hermana mayor de las víctimas, quien fue posteriormente trasladada a un centro hospitalario y se encuentra en estado delicado.
El joven no pudo sacar a los pequeños David Leonel Paz López (02) y Axel Josué Paz López (04) quienes fueron consumidos por el fuego.
«Escuché a una niña que estaba gritando ¡fuego! ¡fuego! Cuando escuché eso miré para arriba y toda la casa se estaba quemando ya», dijo Adán Ríos.