SAN PEDRO SULA. Honduras figura entre los países de mayor vulnerabilidad climática en el mundo, según un artículo escrito por Alexander López y Jeannette Valverde Chaves, y publicado por el portar ElFaro.com de El Salvador.
De acuerdo a este artículo, Honduras se sitúa en los últimos años en la tercera posición después de Bangladesh y Birmania en el ranking de países más vulnerables a los impactos previstos del cambio climático.
Esos impactos los recibirán países como Honduras a través del agua, o sea mediante el cambio de patrones de lluvias y en los caudales de los ríos, tal como se observa actualmente en varias partes del país.
Debido a lo anterior, agrega el artículo, es que en esta región del mundo es fundamental realizar acciones, planificar y crear capacidades no solo para mitigar los cambios sino también para adaptarse y preparar a la población ante un fenómeno de tal magnitud.
En este sentido, los Lineamientos de la Estrategia Regional de Cambio Climático impulsados por la Comisión Centroamericana de Ambiente y Desarrollo (CCAD) en 2008, constituyen actualmente la base técnico-política de mayor relevancia en la materia, y se convierten, además, en la referencia conceptual para los esfuerzos regionales de mitigación y adaptación, agregan Alexander López y Jeannette Valverde Chaves.
La CEPAL ha estimado los impactos del fenómeno en la región centroamericana, y en un informe titulado La Economía del Cambio Climático en Centroamérica estima que el cambio climático es el mayor fracaso del mercado al no internalizar el valor del clima como un bien público global, ni registrar adecuadamente los impactos sociales y en los servicios ambientales.
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El cambio climático no puede ser tratado como una responsabilidad exclusiva de las instituciones ambientales, sino como un problema económico central y transversal con serias implicaciones fiscales. Este fenómeno exhibe complejos retos de equidad porque las poblaciones beneficiadas por las emisiones históricas no son las mismas que sufren sus peores consecuencias.
El informe de la CEPAL apunta que la adaptación implicará no solo adecuarse a los impactos experimentados por los países, sino a los cambios previstos para la economía global, principalmente la transición hacia una economía baja en carbono.
Es importante mencionar que, como región, Centroamérica transita entre la mitigación y la adaptación. Evidentemente, ambas son complementarias. Así, por ejemplo, en Costa Rica y Panamá la política ha estado más vinculada a las estrategias de mitigación, pero los otros países de Centroamérica, en particular El Salvador y Guatemala, han presionado a favor de una estrategia de adaptación.
En el caso de América Central, sin duda alguna, la adaptación en relación con la provisión de bienes y servicios para el manejo de los recursos hídricos sería una prioridad, e igual sucederá en el campo de la agricultura.