TEGUCIGALPA, HONDURAS. En Honduras, el Día de las Madres se celebra tradicionalmente cada año el segundo domingo de mayo. Este día el comercio se viste de coloridos detalles para agasajar a las madrecitas.
Para muchos se ha vuelto costumbre visitar a sus madres para festejar con ellas esta importante fecha. De igual forma, se recuerda con tristeza por parte de aquellos que ya perdieron a ese ser tan querido. Con coronas y coloridos ramos de flores visitan los cementerios para honrar a sus progenitoras difuntas al conmemorarse su día.
A los camposantos llegan desde tempranas horas miles de hijos que recuerdan con cariño a ese ser que les dio la vida. En esta fecha recuerdan los bellos momentos con sus madres.
Muchos llegan solos, otros en compañía de sus familiares. El único objetivo es rendir homenaje a la mujer que los trajo al mundo y revivir los buenos recuerdos a pesar de que ya no están en esta tierra.
Tal es el caso de doña María Cruz, que cada año llega a Jardines de Paz Suyapa, en Tegucigalpa a visitar a su madre. Cruz es madre de cinco hijos y asegura que su progenitora siempre le apoyó cuidando de sus pequeños.
Para esta familia es una costumbre pasar este día en este campo santo, visitando la última morada de Dolores Hernández de Cruz. Con lágrimas en sus ojos, doña María relató a TIEMPO Digital, que el segundo domingo de mayo se reúne con sus cinco hijos y tres de sus hermanos que aún están vivos.
Al lugar llegan preparados con sombrillas, sillas y un almuerzo que preparan temprano para compartir en familia. En el lugar elevan una oración al divino Creador para rogar por el eterno descanso de su madre, que murió hace cinco años y hoy los cuida desde el cielo.
“Es duro perder a su madre… yo la recuerdo cada día. Ella siempre fue una buena madre que se quitaba el bocado de la boca para dárselo a sus hijos”, relató Cruz con su rostro cubierto de lágrimas… “Desde que ella se fue al cielo venimos aquí y compartimos todas las fechas importantes en este lugar”.
Como esta familia, son cientos y cientos de hondureños que este día visitan las tumbas de sus madres. Según doña Matilde, quien también visita la tumba de madre cada año, venir a este lugar le permite sentirse cerca de su madre. «Ella murió de cáncer el año pasado, siempre fue una madre ejemplar que nos apoyó hasta el último momento», dijo Matilde. Asegura que disfrutó en vida a su madre y cuidó de ella en su lecho de muerte. «Hoy no tengo de otra que cuidar de su tumba y recordarla con cariño», puntualizó la mujer con tristeza en sus ojos.
Son miles de historias las que se cuentan en este lugar. Hijos que recuerdan a sus madres y no encuentran otra forma mejor de pasar esta fecha que en la tumba de sus madres.
El comercio también se prepara para este día
Por su parte, las vendedoras también buscan hacer su Día de la Madre, en las afueras de los cementerios. Por lo que se preparan con hermosos ramos, arreglos, coronas y moños.
Lo anterior, aprovechando esta importante fecha y la gran afluencia de personas que llegan a coronar. Este día las coronas de ciprés se cotizan a Lps. 25; a ese mismo precio se encuentra el ramo de margaritas. Mientras que el moño tiene un costo de 20 y cinco lempiras la bolsita de pino.
No obstante, la costumbre de visitar los campos santos no solo se da en Honduras. Sino también en muchos países del mundo.
Por lo que van a los cementerios a ofrendar flores y coronas a las madres fallecidas. Cabe destacar que además de flores, los familiares también les llevan mariachis para cantarle las canciones que más le agradaban o algunos simplemente una serenata.