TEGUCIGALPA, HONDURAS. El pasado 13 de septiembre se emitió la resolución en la que el Juzgado de Policía de la Alcaldía Municipal del Distrito Central (AMDC) multó de forma individual con, un salario mínimo, a varios ciudadanos por matar a tres gatos en la colonia Hato de Enmedio, de la capital.
La abogada Silvia Alfaro de la Fundación Defensora de los Animales «Casa de Noé«, expresó que “no se puede recuperar la vida de los animalitos, pero en este caso al menos se les aplicó una multa monetaria”.
El Juzgado de Policía de la AMDC, otorgó un plazo de 30 días para que las personas sancionadas por el fallecimiento de los felinos puedan hacer efectivo el pago, en cumplimiento con su deber ante el acto cometido.
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La abogada defensora de los animales dio a conocer que “el caso va a ser remitido al Ministerio Público porque la infracción es grave, la sanción que se estipula es de dos a cuatro años de cárcel”.
En Honduras, un salario mínimo oscila entre 6,762 y 12,364 lempiras. Esto depende la ciudad donde viven, la cantidad de empleados de la empresa y la modalidad de trabajo en que se desempeñen.
Ante el hecho cometido por los sancionados, la profesional de las ciencias jurídicas en Honduras pidió a la población en general cuidar de los animales y no causarles daño por ningún motivo.
¿Cómo ocurrió la muerte de los felinos?
Los animalitos habían sido rescatados de las calles en búsqueda de darles una nueva oportunidad, estaban situados en casa de una voluntaria de la fundación Casa de Noé.
El hecho se suscitó en la zona dos de la colonia Hato de Enmedio, precisamente en el bloque 22. De inicio se manejó que una fémina era la responsable, pero posteriormente se esclareció el suceso y se responsabilizó a varias personas.
Tres felinos y un perro murieron por envenenamiento y aunque no se conoce el motivo por el que lo habrían hecho, se maneja una hipótesis.
Los rescatistas de Casa de Noé, precisaron que los animales eran de pelaje color negro. La entidad dejó entrever que esa tonalidad habría incidido en la atroz situación; cabe tener en cuenta que es una superstición popular que los gatos negros «son de mala suerte«.
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