TEGUCIGALPA, HONDURAS. Un privado de libertad recluido en la cárcel de Ilama, Santa Bárbara, falleció el pasado 20 de abril y ante la pandemia de COVID-19 azotando a Honduras, hay versiones encontradas sobre la razón su deceso. El Instituto Nacional Penitenciario (INP) niega rotundamente un contagio.
La ministra de Salud, Alba Consuelo Flores, dijo sin temor que un privado de libertad falleció por COVID-19. Pero la vocera del INP, Digna Aguilar, afirma que el reo murió de un paro cardíaco.
El reo falleció el 20 de abril en la cárcel de máxima seguridad ubicada en Ilama. Luego de su fallecimiento se le tomó muestra y practicó la prueba para detectar el COVID-19, un resultado que dio positivo, según la ministra Flores.
Por su parte, Aguilar contó que al confirmarse de la muerte del reo se verificó en los videos de seguridad y se verificó que presentó problemas respiratorios. Los demás compañeros presentes, al verlo caer lo llevaron a la clínica del penal pero ya no tenía signos vitales.
«Medicina Forense llegó al siguiente día a hacer el levantamiento cadavérico y el día 23 de abril se le hizo la prueba de COVID-19», contó la vocera. Seguidamente, añadió que ayer «enviaron» los resultados al INP en el que indican que sí murió por el virus.
Ante el resultado positivo, las autoridades del INP han solicitado a la Secretaría de Salud que se realice una profunda investigación. Puesto que los privados de libertad «no han tenido contacto con personal externo al establecimiento».
«A esta fecha de haber muerto esa persona de COVID-19 nosotros tendríamos ese módulo infectado de privados de libertad con sintomatología», agregó.
Además, Aguilar sostuvo que el personal que labora en el centro carcelario ha permanecido «confinado» desde que se decretó la emergencia sanitaria. Afirmó que el personal médico se apega al protocolo de bioseguridad.
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Aguilar: «Ministra dice que murió de COVID-19»
Seguidamente, Aguilar dejo entrever que hay inseguridad en la ministra pues primero «dice que murió de COVID-19, pero al mismo tiempo dice que van a realizar una investigación».
Recalcó que la investigación ha sido solicitada por el INP debido a que no hay forma de que el reo se haya contagiado. Esta persona sería la primera víctima del COVID-19 en el sistema carcelario de Honduras.
El privado de libertad era originario de Celilac, Santa Bárbara, y que tenía 52 años de edad.
Cabe destacar que el INP suspendió las visitas en los penales desde el 13 de marzo debido a la crisis por COVID-19; desde entonces siguen las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
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