Kevin Misael Casildo, un joven de 28 años, estudiante de la carrera de Ciencias de la Comunicación, dedicado a su madre y sus estudios, nunca se imaginó que su cumpleaños lo pasaría con una pandemia y además afectado por dos tormentas tropicales.
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Kevin junto a su madre atravesaron una odisea, una pesadilla de la cual no pueden salir. Ambos son residentes en la colonia La Meza, municipio de La Lima, Cortés.
Su relato es conmovedor, doloroso, pero a la vez, en cada una de sus palabras desborda perseverancia. Primero contó que tuvieron que atravesar la inundación que dejó la tormenta tropical Eta.
Noviembre, era una de sus fechas esperadas, puesto que, en ese mes celebra su cumpleaños, pero sus planes se vinieron abajo al atravesar no solo por una pandemia, también las inundaciones y sus consecuencias.
Kevin expresó que reconoce que no pasaron adversidades tan fuertes como otras personas, sin embargo, quedaron con traumas y hasta ahora continúan con el proceso de limpieza de su vivienda.
Pasaron una odisea
Cuando su casa se inundó, subieron a una segunda planta, estuvieron algunos días sin energía, incluso perdieron comunicación con sus familiares y conocidos. Pasaron esa odisea, los rescataron y decidieron movilizarse temporalmente a San Pedro Sula.
“El clima lluvioso no me gusta, y ahora con todo esto que hemos pasado estamos traumados”, indicó.
Al estar en la ciudad, Kevin imaginó que podía pasar un cálido día con sus amigos, quienes lo invitaron para olvidar los malos momentos y celebrar su natalicio, pero esto se vio nublado por un mensaje el 19 de noviembre. Cuando estaba comiendo y parecía que todo iba bien, el joven recibió la noticia que nuevamente se estaba inundando su colonia.
“Mi mejor deseo era que las inundaciones terminaran y yo poder regresar a mi casa y me escriben y me dicen que se estaba volviendo a inundar”, mencionó.
Pese a las circunstancias, Kevin y su madre decidieron regresar a su casa, imaginando que podían quedarse ya en la vivienda, pero al llegar lo primero que vieron fue devastación. A tal punto que, dijeron que el lugar estaba inhabitable.
Una montaña rusa de emociones
“Yo le digo a la gente que yo me subo a una montaña rusa, hay días que me levanto con deseos de seguir avanzando en mi casa, pero hay otros días en que quisiera moverme, irme a otro lugar y volver a empezar de cero”, externó Kevin.
Su perseverancia fue determinante, se movilizaron a San Manuel, Cortés, para vivir temporalmente, cerca de La Lima. Ahí tenían que ir diariamente para limpiar su casa. Su recorrido era desde la entrada hasta su casa, la cual, se hacía sumamente difícil por el lodo y los escombros.
Pero, a pesar de todo, decidieron que querían recuperar su casa, así que se quedaron ahí y comenzaron las labores de limpieza, las cuales hasta ahora continúan. Han avanzado en varios cuartos, pero algunas de sus pertenencias quedaron destruidas, aunque intentaron salvarlas subiéndolas a una segunda planta.
“Realmente para las personas esto ya se les olvidó, pero solo yo que estoy viviendo en carne propia sé la situación que atravesamos”, manifestó.
Muchas adversidades
Otro de los problemas que les tocó enfrentar fue la falta de agua potable, debido a que, tenían que tener un motor y cuando ya lo tenían quitaban el agua temprano. “Ha sido un largo y duro proceso, ese día que nos tocó quedarnos fue super decepcionante”, agregó.
Aun con los obstáculos y circunstancias que le ha tocado vivir, no ha dejado de luchar. Cuando los ciclones azotaron, cursaba un período en la Universidad que tuvo que recuperar poco a poco y pese a las adversidades sigue su estudio.
Según relató Kevin, en su vivienda quedó un pasillo que ahora, verlo es sumamente tenebroso, pues quedaron muchos utensilios de cocina que se perdieron en la primera inundación.
“Esa pesadilla para mí no ha terminado, pero día a día vamos viendo la gloria de Dios”, concluyó.
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