TEGUCIGALPA, HONDURAS. Tras poco más de un mes sin trabajar, el empresario del Transporte, Jorge Lanza, lamentó que propietarios de unidades, motoristas, cobradores y todo el personal del rubro no tengan cómo subsistir en Honduras.
A través de un programa radial, Lanza habló sobre como la pandemia del COVID-19 afecta al sector transporte. En ese sentido, el dirigente dijo que ellos no quieren ser parte del problema sino de la solución.
“Hemos buscado algunas vías en bioseguridad para poder en algún momento comenzar a trabajar en el transporte urbano. Sin embargo yo lo veo bastante difícil porque es un gremio demasiado conflictivo y de mucha aglomeración debido a que son varias las personas que utilizan este medio. Y las unidades deberán transportar a menos pasajeros de los que su capacidad permite”, señaló Lanza.
Por lo anterior, consideró que se debe dar más tiempo antes que inicien a laborar. Aunque dijo que como gremio actualmente pasan una situación difícil.
“En este momento padecemos un montón de problemas. Son situaciones que nos abaten económicamente. Entonces yo me pregunto, ¿qué va a suceder si esto prosigue de esta manera?, porque respuesta del Gobierno no hemos tenido”, objetó.
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Jorge Lanza: “Ya no creo en las mesas de trabajo”
De acuerdo con Lanza, el Gobierno solamente los llama a mesas de diálogo para analizar la reactivación del transporte. No obstante, como en otras ocasiones, “solo le quieren dar largas al asunto y no soluciones”.
“Solo se nos ha tomado en cuenta en la distribución de la bolsa solidaria, que, aunque es de mucha utilidad, se da de manera raquítica”, criticó.
Ante ese contexto, el transportista pidió que una vez se termine la cuarentena, les entregue el bono de combustible que se les debe desde hace varios meses.
“Muchos de los transportistas necesitan dinero para comprar medicamentos y alimentos. Deben pagarles a los empleados y de esa manera evitar que esto se convierta en una pandemia humana”, aseveró.
Para finalizar, el empresario enfatizó que ese gremio tiene casi dos meses sin laborar por lo que se encuentran en una situación económica complicada.
“Debido a esto (COVID-19) no tenemos de donde subsistir ni los dueños ni los trabajadores. Ya no creo en las mesas de trabajo porque ya las hemos tenido y lo que nos lleva es a darnos largas y le resuelven a otros y a nosotros nos dejan parados”, concluyó.
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