TEGUCIGALPA, HONDURAS. Recientemente se registró el crimen violento donde murió una mujer a disparos, en un sector solitario del Valle de Amarateca, a la altura del kilómetro 13 de la carretera que conduce a Támara, Francisco Morazán.
El suceso ocurrió frente a sus dos hijos, adolescentes de entre 13 y 11 años, quienes estaban en la escena del crimen, ilesos. Al lugar llegaron elementos de la Policía Nacional que acudieron al sitio tras ser alertados.
La víctima fue identificada como Nolvia Evelin Osorio, quien tenía entre 31 y 36 años. El cuerpo de la fémina quedó a escasos metros de un taxi con placas AAI-2472, en el que habría sido transportada junto a sus hijos.
Hasta el momento se desconoce el móvil del violento crimen, así como la identidad de quienes estarían detrás de la muerte de esta hondureña.
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Una madre que clama por justicia
La madre de la ahora fallecida Nolvia Evelin Osorio, Sonia Maribel Molina, acudió al medio de comunicación Hable Como Hable (HCH), para hacer un llamado a la justicia hondureña.
«Que Dios haga justicia con las personas que mataron a mi hija, esto es muy duro, ella salió de mi vientre, es mi muchachita», declaró Molina entre lágrimas.
Asimismo, asegura que «solo Dios puede hacer justicia con ellos y que ella no se metía con nadie, incluso trabajaba».
«Lo que me dijeron a mí, es que ella andaba con una compañera, trabajando, y la montaron a un taxi y los niños estaban mirando cuando mataron a su madre. También, mataron a la muchacha y la montaron en una caja», dijo Molina mientras sostenía una Biblia.
Por otro lado, ella afirmó que las personas se pueden escapar de la justicia terrenal, pero no de los ojos de Dios.
«Yo sé que mi Padre va a poner justicia en cada una de esas personas, no debieron hacer eso delante de niños. No era un perro el que estaban matando, era sangre de mi sangre y hasta hoy me di cuenta de este hecho», aseveró Molina.
Por su parte, Molina le hizo un llamado a las autoridades hondureñas para que puedan investigar el hecho.
«Si aquí no hacen nada, entonces Dios lo va a hacer, Dios se queda sin nada para dárnoslo a nosotros y ayudarnos a todos. Ella vivía en la colonia Centroamérica, nunca me imaginé que iba a pasar esto», mencionó Molina.
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