Tras casarse con Alwaleed Bin Talal, un príncipe de la familia real saudí, la princesa Ameerah no se ha limitado a los asuntos de hogar. Así, ocupa el puesto de vicepresidenta de la Fundación Alwaleed Philanthropies y forma parte del consejo de administración para la fundación Silatech.
Como parte de su misión humanitaria, Ameerah al Taweel ya ha visitado más de 70 países, en los que lucha contra la pobreza y trata de desarrollar los medios para lograr el empoderamiento y la protección de los derechos de las mujeres.
Entre sus iniciativas más importantes se encuentra la visita a Pakistán, para proveer ayuda humanitaria a las víctimas de la inundación de 2010, y la inauguración de orfanato Alwaleed Bin Talal Village en Burkina Faso. Además, inauguró el Centro de Estudios Islámicos de la Universidad de Cambridge (Reino Unido) junto con el príncipe Felipe, duque de Edimburgo y esposo de la reina Isabel II.
Vestida al estilo occidental, la princesa Ameerah asiste a eventos públicos, es una persona muy activa en las redes sociales y hasta maneja un auto, lo que está prohibido tácitamente para las mujeres en Arabia Saudita.
Su comportamiento revolucionario incentivó su divorcio, pero mantiene su título de princesa y continúa con sus actividades filantrópicas.