SAN PEDRO SULA, HONDURAS. Según las autoridades, Lenny Eduardo Zúniga Valderramos, de 33 años de edad, mata con placer y ante un odio porque alega que su mamá lo abandonó cuando estaba pequeño; es decir, disfrutar mirar a las mujeres agonizar hasta que mueren.
A Zúniga Valderramos se le investiga por tres muertes de mujeres, con dos de ellas contrajo una relación sentimental y una tercera era trabajadora sel sexo.
La primera fue la operaria de maquila Chelsea Dayan Velásquez Orellana, a quien estranguló y embolsó su cadáver. Después metió el cuerpo en un barril en el que lo fue a botar a unos matorrales en la 31 calle de la colonia Valle de Sula, adonde fue hallado putrefacto el siete de junio de 2017.
Se supo que la operaria desapareció el dos de junio y cinco días después la encontraron
ultimada dentro del barril. La pareja vivía en la colonia Montefresco.
En tanto, su segunda víctima, según la Policía, fue Deisy Lilí Leyva Sánchez, de 46 años de edad. La fémina murió asfixiada dentro de un apartamento ubicado exactamente en el barrio El Centro. Además, ella dejó así siete hijos y trabajaba como cocinera en una meredendero de la zona.
TENÍA ORDEN DE CAPTURA PENDIENTE POR DESOBEDIENCIA Y VIOLENCIA INTRAFAMILIAR
Información proporcionada hasta ahora indica que la mujer estaba dentro del negocio el pasado un viernes Esto, cuando su novio Lenny Zúniga llegó a buscarla, le habló fuerte y la obligó a salir del lugar. Al día siguiente, Daisy fue hallada estrangulada. Las puertas del apartamento no estaban forzadas.
Daysi estaba tirada en la cama y semidesnuda. Además, con señales de haber sido estrangulada, tenía alrededor de 20 horas muerta.
Su tercera víctima, la trabajadora sexual de nombre Sadra Yaneth Peraza Aldana, de 40 años de edad. Ella y supuestamente Lenny Zúniga, ingresaron al hotel en horas vespertinas
del martes, les dieron la habitación número dos. Luego salieron a eso de las 7:00 de la noche de ese mismo día. Posteriormente, regresaron al hotel en la madrugada del miércoles; pero cuando ya eran las 8:00 de la mañana sólo salió el hombre.
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Pasaron varias horas y los empleados notaron que la fémina no salía de la habitación. Lo anterior generó inquietud. Por lo tanto, se movieron de recepción y tras hablar varias veces sin respuesta alguna desde adentro, entraron por su cuenta. Fue en ese momento cuando encontraron a la mujer sin vida, tirada en el piso y cerca de la cama. Además, boca arriba, con señales de haber sido asfixiada. Asimismo, con golpes en la cara, la cabeza, con una blusa puesta, un pantalón de color gris y unas sandalias.
