La velocidad de un explosivo Liverpool desarboló al Barcelona, que cayó 4-0 en el tercer encuentro para ambos equipos del torneo de pretemporada International Champions Cup.
El uruguayo Luis Suárez, que marcó 82 goles en tres temporadas con la camiseta del Liverpool, no pudo anotar en el primer encuentro que disputa con el Barcelona ante su ex equipo. No dieron opción ninguna los ingleses que avasallaron a los azulgranas desde el inicio.
El legendario estadio de Wembley pareció Anfield durante los primeros compases del encuentro en los que el público cantó a capela el himno del Liverpool.
El Barcelona, atronado por un impresionante «You’ll never walk alone», estuvo a punto de recibir un gol inglés en la primera jugada del partido.
Poco a poco, el ritmo pausado del campeón español pareció imponerse al fútbol intenso, veloz y dinámico que el técnico alemán del Liverpool, Jürgen Klopp, imprime habitualmente a sus equipos.
Sin embargo, a los 15 minutos una pérdida en la medular del turco Arda Turán propició un preciso contraataque conducido por Adam Lallana. El medio inglés combinó con Roberto Firmino en el área para que el brasileño asistiera a Sadio Mané y el senegalés batiera a bocajarro a Ter Stegen.
No tardó en llegar la respuesta del Barcelona. Un magistral control orientado con el pecho dentro del área de Lionel Messi permitió al astro argentino sostener la mirada al arquero del Liverpool.
Su disparo a los 21 minutos de juego se estrelló en el palo del belga Simon Mignolet. Fue la mejor ocasión de los catalanes durante todo el encuentro.
El Liverpool se tomaba un respiro y el Barcelona lo aprovechaba. Sin embargo, cada pérdida en la medular azulgrana, demasiado frecuentes, se convertía en grave problema para el campeón español que inició el segundo tiempo de forma calamitosa.
Dos balones perdidos en la transición defensa-ataque, por Jeremy Mathieu primero y por Sergio Busquets después, se tradujeron en sendos goles del Liverpool. El inglés Jordan Henderson y el belga Divock Origi sentenciaban el partido en dos fulgurantes contragolpes consecutivos con todavía 42 minutos por disputarse.
El paso por el vestuario desconectó a un Barcelona, incómodo durante el resto del choque. No pudo ampliar la ventaja el Liverpool, a pesar de contar con buenas oportunidades, casi todas protagonizadas por el eléctrico Mané, hasta el último segundo del partido. Un nuevo robo del conjunto «red» permitió el soberbio cabezazo a la red del serbio Marko Grujic, un tanto que cerraba el encuentro y confirmaba la debacle azulgrana.
Con esta derrota, el Barcelona ve esfumarse la posibilidad de alzar la International Champions Cup, el trofeo veraniego de moda durante las últimas pretemporadas. Tras disputar ante la Sampdoria en el Camp Nou el trofeo Joan Gamper, el Barcelona disputará su primer título de la temporada el 14 de agosto. Será en el partido de ida de la Supercopa de España ante el Sevilla.
