Dos equipos de los más tradicionales del Béisbol de las Grandes Ligas se enfrentan desde esta noche del martes 23 de octubre del 2018 en la Serie Mundial. Los Medias Rojas de Boston y los Dodgers de Los Ángeles disputarán esta 114 edición que corona campeón al ganador de cuatro partidos.
La serie arranca en Boston, en el mítico y tradicional Fenway Park, uno de los pocos que no han sido derrocados para abrir paso a algo moderno, como también ocurre con el Wrigley’s Field, de los Chicago Cubs. Es un estadio construido en 1912 y que aún tiene las columnas que sostienen los techos y que suelen ser un problema para ver desde las gradas. Han debido hacer renovaciones, como aumentar la capacidad al poner graderíos en el denominado ‘monstruo verde’, la pared de 11,3 metros de alto y del que nadie se ha caído salvo el oso de peluche protagonista de la delirante película Ted.
La serie arranca en Boston porque los Red Sox fueron los que tuvieron mejor marca de la Liga Americana y de toda la Major League Baseball (MLB) en el año: 108 partidos ganados y 54 perdidos de los 162 que se juegan en la temporada regular. Los Dodgers, en cambio, fueron segundos de la Liga Nacional, con 92 triunfos y 71 derrotas, por debajo de los Cerveceros de Milwaukee.
El jugador de los Los Angeles Dodgers Cody Bellinger (der.) durante un juego ante los Milwaukee Brewers en Miller Park de Milwaukee. Foto: Tannen Maury.
Serie
La serie se reedita a los 102 años. En 1916, los Red Sox ganaron en cinco juegos a los Dodgers, entonces de Brooklyn. Los Dodgers tienen seis títulos mundiales; los Medias Rojas, ocho.
Boston llega como el favorito, además de jugar los dos partidos iniciales como local y los dos últimos de la serie; los tres intermedios, en Los Ángeles.
El tránsito de los bostonianos a la Serie Mundial fue impresionante. No solo que debió medir a los Yankees, que también llegaban con la espectacular marca de los 100 partidos ganados en la Serie Divisional y, en la final de la Liga Americana, a otro equipazo, los Astros de Houston, que tuvo en el año 103 victorias. Con ambos cuadros solo perdió un partido, lo que quiere decir que ganó sin necesidad de completar la serie ante los dos mejores equipos de todo el béisbol después de ellos.
Algo más complejo fue el camino de Los Dodgers. Ganó en la Serie Divisional a los Bravos de Atlanta 3 juegos a 1 (al mejor de cinco) y con los Cerveceros de Milwaukee tuvo una serie apretada: debieron jugar los siete partidos. En el último, ganó 5-1. Los Brewers (cerveceros) era el mejor equipo de la Liga Nacional, que ganó 96.
Juego
El béisbol es un juego que no se despliega como la mayoría en terrenos rectangulares sino en un rombo (para más elegancia: un diamante), y que tiene una dependencia muy notoria de la física y la estadística con sus probabilidades sin descartar el azar. Con solo leer los números, se puede saber cómo fue un partido. He ahí lo fascinante.
Nathan Eovaldi de los Medias Rojas durante un juego de la MLB, entre los Astros de Houston y los Medias Rojas de Boston, en el Minute Maid Park de Houston (EE.UU.). Foto: Michael Wyke / EFE
En el promedio de bateo del año, los Medias Rojas tiene 0.268 (lo que quiere decir es que batea 2,6 veces en cada 10 oportunidades). Es la mejor ofensiva del año. En cambio los Dodgers están en el decimocuarto lugar con 0.250. La diferencia parece poca, pero en realidad es enorme.
Bateo
Pero para que ese bateo tenga efectividad, dependerá también mucho de los pitchers (lanzadores). Y en ese sentido, la ventaja está para los angelinos. El ERA (Earned Run Average; promedio de carrera permitidas por cada nueve entradas en la temporada regular) de los Dodgers es de 3,38, que lo coloca en el segundo lugar. El cuadro de lanzamiento de los Red Sox es de 3,75).
En postemporada, las cosas se modificaron un poco. Los Dodgers tienen un ERA de 2,79 y los Red Sox de 3,78. En el bateo, los Red Sox tuvieron 0,253 y los Dodgers, 0,218. Son números fríos pero que en realidad calientan este “entretenimiento nacional” de EE.UU.