TEGUCIGALPA, HONDURAS.- La familia Goldstein, dueña del Molino Harinero Sula (MHS), una empresa hondureña señalada por tener una alta concentración del mercado de la harina y fijar altos precios de este producto, tiene vínculos con empresas como Cementos Progreso (CEMPRO), que en el mercado guatemalteco ha sido señalada de prácticas monopólicas y de estar ligada a un pasado en el que hubo hasta tráfico de armas.
Detrás de Cementos Progreso, una de las principales corporaciones de Centroamérica, se esconde un oscuro pasado, una trama política, competencia desleal y manipulación mediática que ha puesto en jaque mate la institucionalidad nacional, dice Nómada, una publicación independiente que escudriñó el pasado y presente de los socios de los Goldstein.
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Citando a Julio Castellanos Cambranes en su libro Café y Campesinos en Guatemala, Nómada hace un repaso de la historia de CEMPRO. La publicación dice que sus fundadores, los Novella-Klée, provienen de una familia Klée que “se enriqueció de la noche a la mañana”.
En palabras de Castellanos, Nómada afirma que el patrimonio de los Klée está ligado al tráfico de armas de Belice. También señala que ese armamento «fue vendido a las fracciones en pugna durante las guerras civiles».
La misma publicación cuenta que “los Klée se acostumbraron a relacionarse con los gobiernos dictatoriales de turno para acumular poder”. Y añade que luego se emparentaron con los Novella, que ahora son los dueños de CEMPRO.
EMPRESA QUE BUSCA PROTECCIONISMO
Entonces, no es de extrañar que la empresa cementera se siga manejando con ese espíritu proteccionista, agrega Nómada, que además escribió que “adentrado el siglo XX, los imperios Novella y Castillo se unieron por la vía matrimonial y se constituyeron en una de las mayores y más influyentes fortunas” de Guatemala
En su reportaje titulado “La agenda oculta de Cementos Progreso”, Nómada dice que sus dueños aparentan ser “ciudadanos modélicos, promotores de la democracia y la libre expresión”.
No obstante, los señala por financiar a “partidos políticos y medios de comunicación” y por ser los primeros en recibir “contratos gubernamentales”. Dice la publicación que estos beneficios estatales los reciben de procesos incluso sin licitación.
Nómada además incluye en la historia de CEMPRO, su vinculación al clima de violencia en San Juan de Sacatepéquez, una zona de alta violencia dada la instalación de una planta de la cementera. En este conflicto se han registrado muertos de dirigentes locales que se oponían a esta operación, explica la publicación.
CEMPRO Y LA CONCENTRACIÓN DEL MERCADO
Con relación a la concentración del mercado y los beneficios que esto genera, CEMPRO también tiene su propia historia. A principios de los 90, cuando la empresa mexicana Cruz Azul entró al mercado guatemalteco, la cementera hizo lo propio para frenar la competencia.
Así lo cita el informe del Instituto Tecnológico de Monterrey: «Condiciones de Competencia en el Contexto Internacional«, relacionado con el cemento. CEMPRO solicitó al gobierno la adopción de medidas para impedir la venta del producto por considerar que se comercializaba por debajo del precio normal o de su costo de producción, según el informe.
El documento refiere que, atendiendo la petición de CEMPRO, en 1997, el gobierno guatemalteco puso un arancel del 89 por ciento a las importaciones de cemento mexicano. La medida duró hasta el año 2002. La batalla de México en contra de la medida fue dura hasta conseguir la eliminación.
La práctica tiene relación con lo que sucede en Honduras con el Molino Harinero Sula, a quien la Comisión para la Defensa y Promoción de la Competencia (CDPC) señala como una compañía que tiene una alta concentración del mercado, lo que le permite fijar los precios de la harina.
LOS GOLDSTEIN, LA HARINA Y LOS TRANCAZOS
La familia Goldstein, dueña de Molino Harinero Sula, ha puesto su sello a los trancazos que ha registrado en los últimos meses el precio de la harina. Desde el último semestre del año pasado hasta las primeras semanas del 2022, la harina ha sufrido aumentos de hasta 200 lempiras, según consumidores.
El precio del quintal (100 libras de este producto) ronda los 900 lempiras, cifra récord agregaron los compradores a consultas de Diario TIEMPO.
Las subidas en el precio de la harina, hechas por la empresa de los Goldstein, han tenido un efecto directo en el precio de productos básicos como el pan. Los panaderos señalan que ante esos trancazos no pueden hacer menos que trasladar el impacto al consumidor final.
En Honduras, los Goldstein son una acaudalada familia del norte del país que además de la harina participan en otros mercados. Están estrechamente vinculadas al Partido Nacional, que durante los últimos años gobernó al país y cuya reputación camina por los suelos.
El Molino Harinero Sula, una de las empresas más rentables de los Goldstein, tiene su asiento en San Pedro Sula, donde operan sus plantas y funciona su centro de distribución. Su presidente general es Antonio Guillén, hermano del recordado diputado nacionalista Héctor “Tito” Guillén.
Con prácticas de mercado tan parecidas, no es de extrañar que los dueños del Molino Harinero y CEMPRO sean socios en los negocios. Ya dice el dicho, el que con lobos anda…
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