OLANCHO, HONDURAS. Desde que surgió la pandemia de la COVID-19, muchas personas se vieron en la necesidad de reinventarse en sus trabajos para poder seguir adelante, entre esos casos está el de María Lourdes Bú Hernández, una maestra originaria de Olancho.
La docente no dejó que la crisis sanitaria detuviera su labor de «enseñarle el pan del saber» a miles de niños en la Escuela Rubén Darío, en el caserío La Bolsa, Río Abajo, en el municipio de San Esteban.
Premio por su arduo esfuerzo
La Red Latinoamericana por la Educación (REDUCA), es una organización extranjera que otorga premios a docentes que innovan con su labor y pasión por la enseñanza.
A la docente se le otorgó el reconocimiento de «Docentes Innovadores de Latinoamérica durante la pandemia por la Covid-19».
La historia de Hernández, se volvió viral en septiembre del 2020, gracias a una publicación que realizó la Secretaría de Educación.
En esa publicación, se supo que la maestra estaba embarazada, pero ni su delicado estado de salud, ni la pandemia, la detuvieron para poder seguir dando clases.
En la escuela donde labora María Lourdes, gran parte de sus alumnos son indígenas, por lo que una vez se dio la orden de cerrar los centros educativos, la mujer se las ingenió para poder dar sus clases. Eso sí, lo hizo con todas las medidas necesarias de bioseguridad, manifestaron.
Una vez empezó su nueva metodología, la docente tendría que viajar un largo recorrido, puesto que sus alumnos habitaban en un pueblo indígena pech.
Primero, la pedagoga tenía que viajar en motocicleta una hora, luego le tocaba cruzar en canoa un turbulento río, para poder llegar hasta sus alumnos.
Lea además: ASJ exige priorizar vacunación de docentes para retomar clases presenciales
Agradecida
La premiación se realizó de forma virtual, y una vez recibió su reconocimiento, la docente aseguró que para ella era un honor recibir ese premio de un ente internacional.
«Este reconocimiento nos compromete a ser mejores, a entregarme más y a dar lo mejor de mí», manifestó la maestra.
También, expresó que a su criterio, para ser un buen profesional de la educación, es necesario tener vocación, el dar el 100 por ciento al momento de dar clases y sobretodo tener amor y paciencia a los niños.
La docente recalcó que a pesar de los desafíos que hay en la educación hondureña, ella aconseja a los maestros no rendirse y poder darlo todo por ayudar a las futuras generaciones del país.
Nota para nuestros lectores:
Suscríbete gratis a más información en nuestro WhatsApp haciendo clic en el enlace: http://bit.ly/2LotFF0
