SALUD. Una mala circulación sanguínea afecta a nuestros pies y piernas mucho antes de que aparezcan las primeras señales visibles. El cansancio excesivo, el dolor en las extremidades o los pinchazos, pueden ser los primeros síntomas.
No obstante, hay señales que se observan a simple vista y muestran que sufrimos este problema.
Los signos más frecuentes de que tenemos una mala circulación sanguínea son los siguientes:
- Arañas vasculares
Se caracterizan por su color rojizo y por tener forma de telaraña. Se encuentran debajo de la piel, pero no sobresalen. Aparecen por un mal retorno de la sangre al igual que las varices.
Grado de gravedad: leve.
- Varices y piernas muy hinchadas
La debilidad de las paredes venosas provoca una acumulación de la sangre que hace que se ensanchen las venas. De ahí, que aparezcan estas afecciones también conocidas como venas varicosas.
A pesar de que no tiene un grado de gravedad muy alto, no debemos pasarlas por alto, ya que pueden aparecer coágulos en las varices (varicoflebitis) o hemorragias en ellas (varicorragias).
Grado de gravedad: moderado.
- Sensación de hormigueo y calambres
La sensación de hormigueo y los calambres en pies y piernas indica que algo no va bien. Los depósitos de grasa bloquean el flujo sanguíneo en las arterias impidiendo que la sangre fluya y provoca estas sensaciones.
Grado de gravedad: de riesgo.
- Engrosamiento y cambio de color en las uñas de los pies
Uno de los síntomas de la mala circulación es el cambio en el color de nuestras uñas de los pies. Estas pueden variar hacia tonalidades azules o violetas debido a la falta de oxígeno al no llegar de manera correcta la sangre a dichas partes distales.
Comentar que estos colores más oscuros también puede indicar que podemos sufrir alteraciones cardíacas o problemas respiratorios.
Grado de gravedad: preocupante.
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- Alteraciones en el color de la piel
Un flujo sanguíneo inadecuado provoca cambios en el color de la piel de pies y piernas. Podemos encontrar pacientes con los pies más blanquecinos de lo normal o amoratados, pero también con manchas marrones (dermatitis ocre) o eccemas. Todas estas alteraciones cutáneas se deben a una mala circulación.
Destacar que, si aparecen manchas marrones, te recomendamos que acudas a un especialista ya que puede ser un síntoma que nos indique que tenemos un problema preocupante de circulación.
Grado de gravedad: preocupante.
- Agotamiento y falta de rapidez en los movimientos
Si sentimos un agotamiento constante y nos cuesta movernos más de lo habitual puede que tengamos una mala circulación de la sangre, ya que los nutrientes no llegan de manera correcta a nuestros pies y piernas provocando esta pesadez.
Grado de gravedad: preocupante.
- Cambios de temperatura
Los pies estarán más fríos o más calientes de lo normal. La sangre no llega bien a las partes distales del cuerpo, lo que provoca un descenso de la temperatura. También, puede suceder al contrario, sentir un calor excesivo en los pies. Esto se debe a que la sangre no retorna de manera correcta y se mantiene en esas zonas, lo que provoca un aumento de la temperatura.
Grado de gravedad: preocupante.
- Piel muy seca, dura y acartonada
Los cambios en la textura de la piel pueden ser indicio de una mala circulación. Es muy importante hidratar nuestros pies con cremas específicas para evitar que se produzcan heridas más graves.
Grado de gravedad: preocupante.
- Cicatrización lenta de heridas
La mala circulación de la sangre también provoca que nuestros glóbulos blancos no se muevan a la velocidad adecuada y esto a su vez hace que el sistema inmunitario no funcione bien. Por ello, las heridas en los pies y piernas se cicatrizarán de manera lenta, incluso llegando a aparecer úlceras. Esto suele suceder en pacientes que sufren diabetes.
Grado de gravedad: severa.
- Claudicación intermitente
La claudicación intermitente es un síntoma de la aterosclerosis, una patología caracterizada por el bloqueo de las arterias debido a los depósitos de grasa. Esto causa un flujo sanguíneo inadecuado afectando a piernas y pies. El paciente es capaz de andar ciertos metros, pero se tiene que parar por el dolor producido por los calambres.
Grado de gravedad: severa.
Todos estos síntomas que afectan a nuestros pies y piernas nos indican que es muy probable que tengamos problemas de circulación y que esto pueda ser un desencadenante de otras patologías más graves que afecten a nuestro organismo.
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