SAN PEDRO SULA, HONDURAS. La indignación embarga nuevamente a los amantes de los animales en Honduras, debido al cruel final que tuvo un mamífero, al que mataron en Santa Cruz de Yojoa.
En este municipio, de Cortés, tras varios impactos de bala, acabaron con la vida de este animal, según reportes preliminares brindados.
El hecho ocurrió esta mañana en la carretera que conduce de Santa Cruz de Yojoa hacia la represa Francisco Morazán (El Cajón) a la altura de la granja Modelo, según informaciones brindadas.
Empleados de una empresa se lo llevaron. Ellos revelaron que el animalito presentaba al menos un disparo en la cabeza.
De acuerdo a indagaciones hechas basadas en la escena encontrada, el animal cruzó la carretera mientras agonizaba. Eso lo sostuvieron por las manchas de sangre encontradas.
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¿Qué animal es?
Diario Tiempo Digital contactó a un experto para confirmar qué animal es. Él dijo lo siguiente al respecto: «Por las manchas, el tamaño y la coloración, parece más un jaguar que un leopardo. Además de que los leopardos en nuestra región son más de la familia de las panteras negras y el jaguar es más común y generalmente coincido como tigrillo».
«Las manchas del leopardo son oscuras como puntos y las de los jaguares se caracterizan por ser difusas o claras en el centro», dijo el experto entrevistado.
Crueldad animal
Según un artículo de opinión de Milenio, muchos estudios han confirmado que los niños que han crecido en un ambiente con violencia contra los animales, han sido testigos o víctimas de ésta por parte de sus padres o cuidadores, por lo que son susceptibles de desarrollar conductas agresivas y antisociales.
El maltrato animal es una señal de una posible existencia de violencia en el interior de la familia.
Un niño agresor es un reflejo de que éste, a su vez, también es agredido y, de acuerdo con los especialistas, es probable que repita estas conductas en su vida adulta. Los animales merecen respeto, y la convivencia con ellos permite enseñar a los niños valores como la responsabilidad, la compasión y el amor a todas las especies.
De allí la importancia de que padres de familia, maestros, trabajadores sociales, sociedades protectoras y diversas disciplinas como la psicología o la veterinaria trabajen a favor de los seres vivos y de la prevención del maltrato animal, consecuencia de la violencia social, sostuvo el artículo.
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