CORTÉS, HONDURAS. El camino hacia los EE.UU. no es fácil, sino todo lo contrario, o sea, bastante arriesgado, y es por esa razón que desde 2018, una nueva modalidad para irse ‘de mojado’ surgió, y se trata de las caravanas, pues así, cada migrante se apoya mutuamente, y juntos, la probabilidad de ser víctima de secuestro o asalto disminuye.
El pasado 1 de octubre, una nueva caravana de migrantes inició su recorrido desde la Gran Central Metropolitana de Buses de San Pedro Sula. Fueron unas mil personas las que salieron desde la ciudad industrial. Pero, al llegar a la frontera con Guatemala, ya eran más de tres mil.
En el cruce fronterizo ocurrieron disturbios con el ejército chapín, que impedía el avance de la multitud. Por esa razón, solo algunos migrantes pasaron, otros no. Varias familias fueron separadas.
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Exactamente eso ocurrió con un joven connacional que iba en la caravana y fue retornado a Honduras. Se trata de Marvin Isaac Castro, y su cónyuge se llama Ada Melissa López, quien cargaba consigo a su hijo de un año. Desde hace cinco días, Castro no sabe nada de ambos.
“Me fui en la caravana de mojado con ellos, pero nos separamos en la frontera de Guatemala. Mi esposa tampoco pudo entrar y ahora no sé nada desde que regresé hace cinco días”, confirmó a HCH noticias.
El joven padre de familia originario del municipio de Omoa en el departamento de Cortés, al norte de Honduras.
Cabe señalar que el Instituto Nacional de Migración (INM) informó que de 1500 hondureños que cruzaron ese día la frontera de Corinto, prácticamente ya fueron retornado, entre ellos, unos 500 menores que en su mayoría viajaban solos.
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