Tigres lo volvió a hacer. Echando mano de su gran arsenal ofensivo, los felinos derrotaron 1-2 a Rayados, se llevó el clásico regio y se coronó campeón del Apertura 2017 en la casa de su acérrimo rival.
El fútbol es una rueda de la fortuna. Dorlan Pabón era el héroe esperado al minuto 2 del partido y 80 después era el hombre más ‘odiado’ en Monterrey.
Todo era fiesta, todo era ánimo y alegría. La final del Apertura 2017 comenzó sin claro favorito hasta que el estadio de Rayados comenzó a perfilar uno.
El espectacular ambiente en el Gigante de Acero fue claro factor para que Rayados se pusiera en ventaja apenas a los 2 minutos del partido.
Dorlan Pabón apareció ante una dormida zaga de Tigres que entre el marco en contra y la descoordinación no supo meterse rápido al partido y lo terminó pagando cuando Nahuel tuvo que recoger la pelota dentro de su portería muy temprano en el juego.
Si la fiesta ya era espectacular, el estadio ya se caía. Todo mundo festejaba y todo mundo -salvo los contados y afortunados Tigres en la tribuna- tenían un espectacular ambiente, mismo que les hizo olvidar que restaban 88 largos minutos.
Todo el ímpetu que Tigres mostró en los primeros minutos se diluyó con el paso de los segundos, mientras el rival -lejos de estar muerto- comenzó a recuperarse.
Y entonces los dejaron jugar y entonces vino el zarpazo de la múltiple calidad individual que tiene el equipo del ‘Tuca’ Ferretti.
Edu Vargas recibió una pelota fuera del área, metió el derechazo e hizo inútil el lance de Hugo González.
El silencio del estadio lo dijo todo. Ese silencio que en el torneo nunca tuvo y que apenas sería una muestra.
¡Quién lo diría! Francisco Meza, el central que ocupó el lugar de Hugo Ayala por la expulsión en la ida, fue el que le dio otro rumbo al juego. Todo cambio.
El colombiano se levantó en el área, cabeceó y la mando al fondo, no sin que un dejo de responsabilidad se le pudiera cargar al portero Hugo González.
Fue el 2-1 y fue el silencio total. El Gigante de Acero se hizo pequeño y endeble. En 30 minutos la fiesta se hizo incertidumbre, dolor y drama.
Monterrey intentó de todo en el segundo tiempo, tenía que. A tal grado llegaron las decisiones del ‘Turco’ Mohamed que sacrificaron a su capitán José María Basanta por un lateral nominal como Luis Fuentes.
Y sí, el empuje fue total con Funes Mori, Dorlan y Avilés pero el engranaje de toda esa potente maquinaria de hacer goles no terminó por encontrar a una pieza clave, el ‘Pato’ Sánchez, quien desapareció en el momento menos indicado.
Montes y Pabón tuvieron las más claras pero el destino parecía tener todo preparado para una fiesta que no sería Rayada.
Al final, Monterrey pudo empatar el juego tras un penal inexistente sobre Jorge Benítez; Avilés Hurtado desperdició el disparo con un cobro que se fue lejos del arco de Nahuel.
El tiempo no dio para más y Tigres se consagró campeón del Apertura 2017 en la final que para su historia será la más recordada.
Los felinos llegaron a cinco títulos y se ubican como el mejor equipo de la década; del otro lado, Monterrey alcanzó su tercera final que pierde de manera consecutiva, segunda de ellas con Antonio Mohamed.
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