TEGUCIGALPA, HONDURAS. Un nuevo aspirante a soldado falleció la noche de ayer, domingo, luego de sufrir complicaciones tras finalizar unas pruebas físicas en el Centro de Adiestramiento de las Fuerzas Armadas (CAMFFAA).
Nuevamente, el país atraviesa por otra muerte misteriosa de un aspirante al instituto militar. Esta vez, se trata de Samer Adonis Ardón Zavala, un joven de 18 años de edad, quien presuntamente murió a causa de un ataque respiratorio.
De acuerdo con lo revelado por las autoridades, el joven estaba asignado al sexto batallón de infantería en Olancho, donde cumplía con su entrenamiento. No obstante, al concluir con la rutina, presentó un fallo respiratorio y rápidamente fue llevado hasta un centro asistencial de Tegucigalpa, donde a los minutos se registró su deceso.
El diagnóstico preliminar de muerte indica que es por un shock séptico respiratorio, sumada de una falla multiorgánica, debido a que el aspirante a tropa recién había realizado su ejercicio físico.
Con este nuevo deceso, suman siete, entre aspirantes y tenientes, que en menos de 40 días han perecido extrañamente en los institutos policiales.
Hasta el momento, las autoridades del Ejército han asegurado que las víctimas se complicaron al hacer ejercicio rutinario. Asimismo, afirman que no han perecido a causa de entrenamientos fuertes, de tortura o por sometimiento a gas lacrimógeno.
Mientras tanto, la Agencia Técnica de Investigación Criminal (ATIC) y la Fiscalía de los Derechos Humanos decomisaron el expediente clínico en el Hospital Militar en San Pedro Sula, como parte del proceso de investigación.
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Misteriosas muertes en las instituciones
Las misteriosas muertes en aspirantes y miembros del Ejército comenzaron a desencadenarse desde el pasado 11 de julio tras la primera muerte de un aspirante a la Academia Nacional de Policía (ANAPO).
Según se informó, ese primer día de entrenamiento, luego de concluir el mismo, varios aspirantes sufrieron complicaciones de salud, por lo que los trasladaron de emergencia a diferentes hospitales.
El primer fallecido fue Jairo Josué Martínez Cruz, quien murió en el Hospital Suazo Córdova. Este ciudadano ya trabajaba en la Secretaría de Seguridad, asignado al departamento de Telemática, pues tenía una licenciatura en informática.
La segunda víctima respondía al nombre de Ronal Javier Coello Coello y su muerte se produjo horas más tarde en el Hospital Militar.
Coello Coello tenía un titulo en derecho y se desempeñaba como procurador legal de la Secretaría de Seguridad en el departamento de Copán.
El tercer deceso se reportó días después, identificado como Kevin Mejía, quien tenía un título en medicina.
Familiares y amigos de Mejía realizaron campaña para pedir donadores de sangre y de dinero, pues el joven se debatía entre la vida y la muerte en el Hospital San Jorge. Sin embargo, los esfuerzos no fueron suficientes y el 19 de septiembre se confirmó su muerte.
Más decesos
A menos de un mes de los primeros decesos, el 14 de octubre, se informó sobre el cuarto fallecido mientras realizaba ejercicio en un instituto militar.
Las autoridades identificaron al occiso como Humberto Castillo Pérez, de 45 años de edad.
De acuerdo con lo revelado, el hombre comenzó a tener problemas cardíacos cuando hacía ejercicios rutinarios. Tras ese deceso, las autoridades decidieron suspender todas las pruebas físicas a nivel nacional.
Asimismo, hace una semana se reportó la muerte de dos efectivos del Ejército, Nelson Humberto Álvarez Pérez y Germán Josué Morales Toledo. Estos tenientes, perdieron la vida presuntamente cuando realizaban una prueba física en uno de los cuarteles militares de la zona norte del país.
Las autoridades de las FFAA solo confirmaron la muerte del primero, mientras que el Ministerio Público menciona a los dos occisos.
Postura de las FFAA
Las recientes muertes de oficiales militares mientras realizaban pruebas físicas podrían ser consecuencia de la pandemia de la Covid-19, así lo argumentó este domingo el jefe del Estado Mayor de las Fuerzas Armadas de Honduras (FFAA), José Jorge Fortín Aguilar.
En conferencia de prensa el jefe castrense aseguró que en ningún momento hubo abuso físico por parte de los instructores, pero indicó que continúan las investigaciones para determinar qué fue lo que en verdad ocurrió.
«Estamos claros en que no hubo abuso en ningún momento. Sin embargo, ese es un aspecto que preocupa. Creemos que esto es a raíz del COVID y otros aspectos, pero estamos en proceso de investigación. Esperamos que en los próximos días se arrojen resultados precisos», manifestó Aguilar.
En ese sentido, afirmó que están dispuestos a colaborar con las investigaciones del Ministerio Público (MP) para darle resolución a los casos.
