DE MUJERES. Para quienes creen que los hombres son los únicos que hablan sucio en la intimidad, un reciente estudio desvirtuó esa versión, y es que se comprobó que las mujeres aman implementar ese tipo de lenguaje cuando intiman con su pareja.
Lo anterior, porque ellas fantasean con que su pareja lo haga o que ellas disfruten hacerlo, y los psicólogos revelan que se trata de un interés muy popular.
Si bien, la ciencia ha explorado varias líneas de lo que conforma la comunicación en pareja, pocos estudios se han hecho sobre este tema pero los hallazgos que se tienen han resultado sorprendentes.
Para muchos, el “hablarse sucio” es una forma de salir de la rutina, una forma de expresar control o ser controlado por el otro que les ayuda a liberar todo tipo de deseos, multiplicando las sensaciones buenas del encuentro.
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La investigación
Según el psicólogo Justin J. Lehmiller, encuestó a más de 4 mil personas para su libro “Dime lo que quieres” y precisamente una de las preguntas hablaba sobre si los participantes habían tenido la fantasía de que su pareja les hablara sucio.
Sorprendentemente el 91% de los participantes dijo que sí lo habían imaginado y que el 49% fantaseaba con ello de una forma muy frecuente.
Entre las mujeres encuestadas, el 93% admitió haber tenido esa fantasía mientras que el 56% agregó que lo imaginaba frecuentemente. El porcentaje de hombres fue alto pero menor al de las chicas.
De acuerdo con Lehmiller, las mujeres disfrutaban la fantasía de “hablar sucio” porque les asociaban con otras de gemir o gritar en voz alta durante los encuentros, asociándole con un buen desempeño y algo muy atractivo.
Por su parte, los hombres le daban más valor al gritar y al gemir durante los encuentros que a hablar sucio. Se descubrió también que la fantasía de hablar sucio se asociaba con encuentros más rudos de lo normal donde se exploraba la esclavitud, el dominio, la sumisión, el sadismo y el masoquismo.
El estudio aclaró que quienes tenían la fantasía de hablar sucio disfrutaban de este aspecto de su relación de una forma más emocionante y aventurera, es decir, que tenían una actitud más positiva.
Otro hallazgo interesante de la investigación fue que la fantasía de hablar sucio no tenía relación con una baja autoestima o con inestabilidad emocional, hablando de que podía darse incluso en relaciones sanas y con personas de un buen bienestar emocional. También indicó que era un rasgo de quienes estaban dispuestos a probar cosas nuevas.
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