Por: Dr. Filiberto Guevara Juárez. -Como dijo Santa Teresa de Jesús: “Dios escribe derecho sobre renglones torcidos”. Lo que nos quiso decir con ello es que sobre algo aparentemente malo que le sucede a la humanidad, se puede esconder misteriosamente todo un designio divino a través del cual ese Ser omnipotente y omnipresente que denominamos Dios, actúa moviendo las fuerzas que generan cambios profundos a nivel mundial.
Si somos perspicaces, observaremos que a raíz de la pandemia por Covid-19, el gobernante del Estado más poderoso de la tierra, el presidente Trump, de EE. UU., ya se tambalea y está a punto de perder el poder el próximo 3 de noviembre del presente año.
¿Quién podría haber previsto el año pasado que una partícula viral lo haría derribar del caballo de su soberbia y arrogancia? Pues bien, eso ya está sucediendo y la humanidad entera, ya está siendo testigo de ello. La Biblia nos dice que Dios “derriba a los soberbios de corazón y enaltece a los humildes”.
En el caso de EE. UU., ese personaje humilde, es el Sr. Joe Biden, el cual el 18 de agosto del presente año, ha sido nominado candidato a la presidencia de la república en EE. UU., por el Partido Demócrata.
El Sr. Biden, un ciudadano de clase media estadounidense, por el momento tiene la más alta probabilidad, de convertirse en el cuadragésimo sexto (46°), presidente de la nación más poderosa del globo terráqueo; mientras que el Sr. Trump, más temprano que tarde enfrentará el juicio de la historia, a la cual pasará seguramente con más pena que gloria por su arrogancia, soberbia y amoralidad.
El presidente Trump pretendió convertir el antivalor de la mentira en un valor en el campo político, quizás bajo el principio maquiavélico de que el fin justifica los medios. ¡Jamás un presidente en la historia de EE. UU. había mentido tanto en muchas ocasiones en forma cínica y tan descarada!
El daño que el Sr. Trump, le está causando a la humanidad, es un daño inconmensurable y, por lo tanto, difícil de medir como tal; debido a que algunos gobernantes de otras grandes y pequeñas naciones como la nuestra: Honduras, están siguiendo ese patrón amoral de conducta en política.
Es así, que observamos, cómo en plena pandemia nuestro actual gobernante, Juan Orlando Hernández Alvarado, miente, miente y vuelve a mentir, al igual que el Sr. Trump, imitando su forma de hacerlo, con el agravante de aquí en Honduras, gran parte de la prensa televisada, hablada y escrita, al igual que las instituciones republicanas, no le ponen ningún tipo de freno; en cambio en EE. UU., al presidente Trump, sí.
Abraham Lincoln mediante una verdad incuestionable dijo a la humanidad que, “la democracia es el gobierno del pueblo, por el pueblo y para el pueblo”. Eso se cumple en EE. UU., porque el funcionamiento de las instituciones republicanas de ese gran país, hacen posible el “para el pueblo” de la democracia, ya que no le permiten ningún abuso de poder al presidente Trump, tal y como ya lo había sentenciado hace muchos siglos, el barón de Montesquieu, al expresar lo siguiente: “Para que no se pueda abusar del poder, es preciso que, por la disposición de las cosas, el poder detenga al poder.”.
Eso implica balance de poderes con pesos y contrapesos. Lo cual desgraciadamente no sucede en nuestra débil democracia y nuestra débil forma republicada de gobierno. Es tiempo ya, que aquí en Honduras, surja todo un sentimiento patrio en medio de esta pandemia que nos azota y digamos: ¡Basta ya! al actual gobernante, y le reclamemos enérgicamente: «¿dónde está el dinero?”
A ningún gobernante de Centroamérica, se le ha aprobado tanto uso discrecional de dinero como al actual gobernante hondureño. Y lo más grave del asunto, es que mientras ingenuamente, las donaciones nacionales e internacionales fluyen hacia nuestro país, el actual Partido Nacional con el gobernante Juan Orlando Hernández a la cabeza; se sospecha que se está quedando con gran parte de los fondos destinados a la pandemia, para poder utilizarlos en la próxima campaña electoral política, y perpetuar al Partido Nacional en el poder.
Basta con darse una vuelta por los tales triages para el manejo de la pandemia, para darse cuenta que la mayoría de esos triages, se están manejando a base de donaciones de la sociedad civil hondureña y con el mínimo apoyo gubernamental. A las personas que van a esos triages, con temor, por el Covid-19, no se les está dando el manejo y tratamiento médico responsable, ya que se les despacha con una orden para que se hagan los exámenes en laboratorios clínicos privados, para saber si ya está desarrollando una tormenta inflamatoria de citoquinas y coagulopatía y, con un miserable tratamiento médico que no incluye tratamiento antiinflamatorio y anticoagulante, cuando muchas veces lo podrían estar necesitando, al ser investigados por exámenes de laboratorios clínicos pertinentes.
Se sabe que en algunos triages a nivel nacional, se le están dando falsa seguridad a los pacientes, al no hacerle dicho exámenes de laboratorio clínico y no aplicar los protocolos pertinentes para el manejo de aquellos pacientes con alto riesgo de complicarse debido a su edad y sus enfermedades agregadas tales como: Diabetes mellitus, hipertensión arterial crónica…etc. Esos triages para que funcionen bien necesitan estar dotados de laboratorios clínicos móviles y rayos x portátil, para que en forma gratuita se le hagan los exámenes pertinentes a todos los pacientes.
Porque de no hacerlo así, varios de esos pacientes, más temprano que tarde llegarán directamente a las emergencias de los hospitales públicos, para ser ingresados debido a su gravedad, si no es que antes, se mueren lamentablemente, en sus casas. Esos tales exámenes de laboratorio, ordenados en los triages, la mayoría de los pacientes no se los pueden hacer, porque debido a la falta de empleo por la pandemia, los hondureños, apenas les ajusta para comer.
Ese es la dura verdad, y no otra. Es de aclarar también, que cada paciente que está siendo muy mal manejado en los triages, al complicarse y ser manejados y tratados en las Unidades de Cuidados Intensivos, de los hospitales públicos, le cuestan al Estado hondureño, alrededor de cien mil lempiras diarios (L.100,000.00).
En conclusión: Urge dotar a todos los triages y su centro de estabilización respectivo con laboratorios clínicos móviles, rayos x portátil, generados de oxígeno de bajo flujo, para un manejo sabio, científico, responsable e inteligente de la pandemia por Covid-19 en nuestro país, porque de no hacerlo de esa manera, seguirán muriendo lamentablemente más personas y nuestra economía se irá deteriorando más, día tras día, semana tras semana, mes tras mes, ya que el factor salud de la pandemia es el que está afectando a nuestra socioeconomía.
Algunos expertos en economía opinan que nuestro producto interno bruto (PIB) ya está siendo afectado diariamente entre 500,000 y 1,000,000 millones de lempiras diarios.
Además, debido a que se prevé de que la pandemia por Covid-19, podría durar muchos meses más si no se hace lo correcto en el campo de salud, podríamos regresar a los confinamientos obligados tal y como ya está sucediendo en algunos países, debido al rebrote epidemiológico de la pandemia.
La Patria, nos reclama eso.
Dios, Patria Democracia y Libertad.
San Pedro Sula, 19 de agosto, de 2020.