Por Rodolfo Molina.-Conozco a pocos de los cientos de personas que se están postulando para ocupar una curul en el Congreso Nacional o para ser alcaldes o regidores, sinceramente creo que estas personas no llenan las expectativas para ocupar dichos puestos.
Siento que los comicios para elección de cargos públicos se han convertido en una changoneta. Es necesario que cada hombre o mujer que se postule a cualquier cargo político, debe presentar su hoja de vida. Solo de esta manera se podrá votar por un profesional que llegue a cualquier puesto político a buscar soluciones que vengan a beneficiar al pueblo.
Es necesario que al artículo 37 de la Constitución se modifique el inciso 1. Este se refiere a que cualquier ciudadano puede elegir o ser electo. Solo de esta manera el electorado podrá evitar que el Congreso se atiborre de personas con un grado deficiente de escolaridad. De esos que solo llegan acomodarse al gobierno de turno para perjudicar al pueblo.
Ya es hora que al hemiciclo lleguen profesionales que puedan discernir, que comprendan los temas que se discuten. También que no se adhieran a gobernante alguno y muchos menos que se presten a juegos sucios que solo benefician a unos pocos.
Al Congreso tienen que llegar hombres y mujeres que tengan una solvente altura moral, que comprendan los temas. Igualmente puedan rebatir las iniciativas de ley que en algunos casos impone el Ejecutivo o algún diputado que busca beneficiar algún amigo.
Si los hondureños seguimos con la mismas prácticas de hace muchos años, el país seguirá navegando en la miseria. Asimismo, en la impunidad, analfabetismo, violencia, desempleo, corrupción y pobreza.
Ya es hora de que las personas que son electas para ocupar un sitio en el Congreso no solo lleguen a ganarse el sueldo. O bien a acomodarse o a solventar sus problemas. Cuando en el hemiciclo haya hombres y mujeres que se despojen de los intereses propios, entonces Honduras habrá cambiado.
Si se le sigue dando el voto al conocido, al amigo o al familiar a sabiendas que no representa alternativa alguna, entonces no hay que quejarse de la precaria vida en que se vive.
Rodolfo Molina: Hora de cambiar
Hay que decirle no a la ignorancia. Hay que decirle no a esos diputados que en vez de combatir una idea con otra idea se dedican hacer relajo, a gritar, a sonar pitos o gorgoritos. También a estar chateando cuando se busca a probar o improbar una ley.
Es hora de cambiar las viejas acciones. Si se quiere progresar no hay que votar por colores, ni amigos. Mucho menos por familiares que no van anteponer sus intereses propios por el bienestar de la nación.
Hay que buscar personas que lleguen a resolver los problemas económicos eternos o internos de la nación. Hombres y mujeres que lleguen a reducir el gasto público, que apoyen la educación, la salud, tecnología y la inversión.
De lo contrario, que Dios nos agarre confesados