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domingo, diciembre 1, 2024

El impacto del covid-19 en la desigualdad entre hombres y mujeres

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AFP. Los dos años de pandemia del covid-19 han deteriorado las condiciones de vida de las mujeres en el mundo, especialmente la salud mental, el retorno a la vida laboral y el alza de la violencia sexista.

La violencia sexista en alza

La agencia ONU Mujeres publicó en noviembre de 2021 una investigación a partir de los testimonios de 16.154 mujeres en 13 países de ingresos medios (Colombia, Ucrania, Marruecos, Bangladés…). Un 45% de esas mujeres declararon que fueron víctimas o que conocían a alguna mujer que había sido víctima de violencia desde el inicio de la pandemia.

«La incertidumbre económica, el cierre de escuelas o la sobrecarga mental de las tareas domésticas crearon un ambiente propicio para los conflictos intrafamiliares», explican LynnMarie Sardinha y Avni Amin, investigadoras de la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Lea además: Más de 70 mil mujeres denunciaron violencia doméstica en la pandemia

Y como ya sucedía antes de la pandemia, las mujeres sufren de la violencia presente en las redes sociales, más que los hombres.

«El +revenge porn+ (difusión sin autorización de contenido pornográficos filmados con una persona) y el riesgo en términos de pedocriminalidad han aumentado de forma preocupante», añade Muriel Salmona, psiquiatra especializada en el estudio del shock post-traumático.

Alteración de la salud mental

La investigación de la ONU revela que dos mujeres de cada cinco han sentido el impacto negativo de la pandemia en su salud mental.

La sobrecarga mental del trabajo doméstico provoca «mayores riesgos de estrés y de depresión entre las mujeres que entre los hombres», explican LynnMarie Sardinha y Avni Amin.

Esa sobrecarga mental se reforzó con el teletrabajo, el cuidado de los niños en casa y las restricciones a la movilidad.

Otro indicador son los estudios que se han realizado sobre la movilidad de las mujeres. Durante los confinamientos tenían que informar a las autoridades sobre sus desplazamientos, lo mismo que los hombres. Pero también a menudo a sus parejas, explica Marion Tillous, profesora de geografía y estudios de género de la universidad Paris VIII. Ese contexto, muy particular, redujo la confianza de las mujeres, «que ahora se atreven menos a alejarse» de sus domicilios, añade.

Durante la pandemia, la mayoría de mujeres asumió todas las tareas domésticas, la atención de los hijos y sus actividades laborales.
Durante la pandemia, la mayoría de mujeres asumió todas las tareas domésticas, la atención de los hijos y sus actividades laborales.

La difícil adaptación al teletrabajo

LynnMarie Sardinha y Avni Amin critican la rigidez de las empresas, que dificultan la compatibilidad entre teletrabajo y trabajo doméstico.

«Muchas más mujeres se vieron obligadas a dimitir porque no conseguían enfrentarse al doble estrés de su profesión y la sobrecarga mental del hogar», aseguran esas investigadoras de la OMS.

El análisis de la movilidad femenina durante la pandemia muestra que consagraron más tiempo a las tareas domésticas que a su trabajo, respecto a los hombres y respecto a la situación antes de la pandemia.

Esos estudios revelan que «las desigualdades se incrementaron y tomaron veinte años de retraso», explica Tillous.

El trabajo en casa provocó en cambio una disminución lógica de las agresiones en los transportes en común, aseguran las expertas consultadas por la AFP.

Sin embargo, el retorno a la oficina, en transporte público, aumenta la sensación de inseguridad. Tres de cada cinco mujeres interrogadas para el estudio de la ONU consideran que el acoso sexual en los transportes en común ha aumentado respecto a antes de 2020.

La visibilidad de las mujeres

«Podemos constatar un esfuerzo real (de las asociaciones y los poderes públicos) para ser más reactivos y más eficaces contra la violencia conyugal» desde la pandemia, explica la doctora Salmona.

Marion Tillous difiere de esa visión. Los dispositivos de ayuda son idénticos desde el inicio de la pandemia, lamenta esta universitaria. «Se escucha más a las mujeres víctimas de violencia, pero sus palabras caen en saco roto».

Para LynnMarie Sardinha y Avni Amin, la crisis sanitaria demostró las consecuencias de la desigualdad a la hora de compartir el peso de las tareas domésticas.

«La pandemia supuso una oportunidad para imaginar un futuro diferente y más equitativo para las mujeres; sobre todo para las que más sufren la exclusión y la marginalización», explican.

Además, las mujeres fueron obligadas a vivir con sus agresores durante el confinamiento. Pese a las denuncias de violencia, muy pocos casos fueron atendidos.
Además, las mujeres fueron obligadas a vivir con sus agresores durante el confinamiento. Pese a las denuncias de violencia, muy pocos casos fueron atendidos.

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