CORTÉS, HONDURAS. Pese a que Kenny Yuja, gerente de La Mundial, aplica «La Ley del vivo» a sus clientes, este jueves, día que el Gobierno dio autorización para que las ferreterías operaran, los ciudadanos que juraron «nunca más» adquirir un producto de dicha empresa, abarrotaron cada una de las agencias.
Largas filas de automóviles para entrar ingresar al estacionamiento, y la aglomeración de personas adentro… no se diga. Fue así como los hondureños, pese a lo «ofendidos» que se sintieron aquella vez, llenaron las arcas de La Mundial luego de un mes sin estar abierta.
«Por eso es que en este país todo mundo hace lo que quiere, porque nos dan una cachetada y ponemos el otro lado», fueron las palabras de un internauta molesto al ver cómo la gente se volcó a comprar en dicho negocio.
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Pero, ¿Cuál es «La ley del vivo» marca Kenny Yuja?
Por si acaso no lo sabía, o ya se le olvidó, fue el pasado mes de marzo que, iniciando la crisis del Covid-19 en Honduras, en La Mundial vendían mascarillas quirúrgicas a L81 cada, las mismas a que, por ejemplo, en Amazon se encuentran a tan solo L13.
Consumidores comenzaron a denunciar a la empresa, y esto llegó a oídos de los medios de comunicación. En ese sentido, un programa televisivo decidió abordar a Kenny Yuja y consultar sobre por qué se estaba aprovechando de la situación, y las declaraciones que él dio, bueno… digamos que cayeron ‘pesado’ a sus clientes.
Se suponía que sus palabras le iban a pasar factura cuando de nuevo abriera su negocio, pero definitivamente no fue así. Y es que el enojo ciudadano se mantuvo durante unos días solo en redes sociales, y entre tanto, él ya no vendía mascarillas, sino que ahora las regalaba. ¿Será que gracias a eso lo perdonaron o los hondureños tienen memoria corta?
«Y la gente me lo está comprando»
«Uno es libre de vender las cosas al precio que quiera», fue el argumento de Kenny Yuja, director de Agencia La Mundial.
Según la denuncia en redes sociales, en La Mundial vendía cada mascarilla desechable a L81, y si usted compraba tres, entonces, paga L234, es decir, obtenía un mínima rebaja de L3 por unidad. Ahora bien, si usted quería «protegerse» durante varios días, entonces, la caja de 50 tapabocas, le costaba L3.900, o sea, continuaría pagando 78 por cada una, aunque llevara más. Y esto, hasta el Servicio de Administración de Rentas (SAR) lo sabía, según él, y se jactaba de ello.
«La ley del vivo, creo yo ¿no?», arguyó Yuja, luego de confesar que «honestamente» sube el precio a cada rato de sus productos. «Y la gente me lo está comprando, así que, asumo que…», continuó.
Además, señaló que también que el precio de las mascarillas no está regulado, y que por lo demás, hasta «la SAR», (el Servicio de Administración de Rentas) lo ha visitado, «pero no me pudieron hacer nada porque no es ley. Su fuera el gran sanitario, ahí así, pero estamos hablando de mascarillas, y las mascarillas en ningún lado está regulado el precio».