REDACCIÓN. La segunda colonia más grande de pingüinos emperador de la Antártida colapsó en 2016, con más de diez mil polluelos perdidos y la población no se ha recuperado, según un nuevo estudio.
Muchos de los adultos se trasladaron a lugares cercanos, según muestran las imágenes por satélite. Pero el hecho de que los emperador son vulnerables, en la que ha sido considerada como la parte más segura de su área, genera preocupaciones graves a largo plazo, expresó Phil Trathan, coautor del artículo y director de biología de conservación con British Antarctic Survey en Cambridge, Inglaterra.
“Eso significa que estos lugares no son tan seguros como pensábamos antes”, dijo Trathan.
La colonia en la bahía Halley casi ha desaparecido, dijo en un comunicado el equipo de investigación.
Los pingüinos emperador (los más grandes del mundo) crían y mudan de plumas en el hielo marino, pedazos de agua salada congelados. Torpes en tierra, porque no pueden trepar acantilados helados y por ello son vulnerables al clima más cálido y los fuertes vientos que azotan el hielo. Con un fenómeno de El Niño, el de mayor fuerza en sesenta años. Septiembre de 2015 fue un mes particularmente lleno de tormentas en el área de la bahía en Antártida, con fuertes vientos y hielo marino a un nivel bajo que estableció récords.
Estas aves marinas generalmente permanecían ahí desde abril hasta diciembre cuando sus polluelos desarrollan las plumas para volar. Sin embargo, la tormenta ocurrió antes de que sus crías tuvieran la edad suficiente.
Esas condiciones, afirmó Trathan, parecen haber llevado a la pérdida de alrededor de 14,500 y 25,000 huevos o polluelos ese primer año y la colonia no se ha recuperado. El estudio calificó el declive de tres años como sin precedentes, “tres años de falla casi total en crianza”.
¿Amenaza para la especie?
Aun así, la población en la bahía Halley representa solo alrededor del ocho por ciento de la población mundial de pingüinos emperador, aseguró Trathan. Por lo que la pérdida no representa una amenaza para el futuro de la especie. Alrededor de entre 130,000 y 250,000 parejas con capacidad de procrear viven en 54 colonias en todo el mundo, agregó.
Investigadores británicos estuvieron estudiando esta especie en el área desde 1956. Sin embargo, nunca vieron un declive de esta magnitud.
Otros científicos proyectaron declives drásticos en las poblaciones de pingüinos emperador para finales del siglo, debido al cambio climático. Stephanie Jenouvrier, una investigadora asociada en Woods Hole Oceanographic Institution en Massachusetts, predijo una caída mundial del 30 por ciento en las próximas décadas. Su modelo no incluía eventos significativos como la temporada de tormentas de 2015, que muy probablemente empeorará la situación.
Varios investigadores dijeron que se sintieron animados por evidencia satelital que indica que muchos de los animales fueron capaces de reubicarse a una colonia llamada Dawson-Lambton, alrededor de 50 kilómetros al sur. La cual ha visto un incremento de más de diez veces en pingüinos en los últimos años.
“Fue un movimiento muy grande y un enorme número de aves que pudieron moverse entre dos colonias después de un evento extremo”, dijo Jenouvrier. “Creo que es genial poder mostrar eso”.
Nuevo hogar
Heather Lynch, una profesora asociada de Ecología y Evolución en la Universidad Stony Brook en Nueva York, consideró esa reubicación como “extremadamente esperanzadora”. Asimismo, una señal de que los animales serían capaces de adaptarse al cambio climático al menos en el corto plazo. En modelos pasados, comentó, los investigadores asumieron con frecuencia que no encontrarían otro hogar.
“Tengo la esperanza de que haya refugios a los que se puedan mover durante al menos algún tiempo y que eso pueda amortiguar algunos de los efectos más dramáticos del cambio climático”, agregó Lynch.
El nuevo estudio también muestra el poder de los datos por satélite para rastrear especies en las partes más inaccesibles del planeta. “Al menos tenemos un medio para echar un ojo a estas aves de los lugares más remotos del mundo”, dijo.
Aun así, el declive en la población en la bahía Halley es problemático porque la caída fue rápida, en vez de ser un descenso gradual ante el cambio climático.
“No sabes qué tan cerca del acantilado estás hasta que es demasiado tarde y no puedes asumir que podrás caminar de regreso una vez que estés ahí”, finalizó Lynch.