CORTÉS, HONDURAS. Gas lacrimógeno, palos y piedras hubo durante la ‘batalla campal’ ocurrida en la carretera que conduce hacia el occidente del país, específicamente en el sector de Cofradía, zona norte del país.
Y es que, pobladores de Rancho Manacal, San Pedro Sula, se tomaron la vía exigiendo la reparación de un puente que se cayó en su comunidad en noviembre pasado, cuando azotaron los huracanes Eta e Iota.
Los manifestantes se quejaron porque ya han pasado ocho meses desde la destrucción que dejaron los fenómenos naturales. Sin embargo, ninguna autoridad de Estado les ha dicho cómo y cuándo se hará la reconstrucción.
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Así ocurrió todo: protesta y desalojo
Desde muy temprano, este viernes, decenas de ciudadanos obstaculizaron el tránsito vehicular con grandes rocas y quema de llantas, de modo que todos los conductores, de autos livianos, transporte y carga pesada, no podían pasar.
Agentes de la Policía Nacional (PN), con escudos, toletes, cascos y rodilleras, es decir, con indumentaria antimotín, se hicieron presentes al lugar de la protesta y, supuestamente, primero dialogaron con las personas, pero como se negaron a desalojar voluntariamente, comenzaron a lanzarle gas tóxico.
Hombres y mujeres, adultos y niños, todos corrieron despavoridos, cubriéndose la nariz y los ojos para no ser afectados por las bombas lacrimógenas. Otros, en cambio, respondieron a la acción policial tirando piedras y palos.
«Se escucharon disparos, pero no logramos identificar a los responsables. Ya tenían más de tres horas (protestando), les dimos chance hasta las 9:00 A.M. y no aceptaron. Ya era hora de que los carros pudieran transitar«, dijo uno de los oficiales al mando.
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