AFP.- El orgullo de los hinchas argentinos por ver al fin a Lionel Messi en modo de líder carismático desató furor comercial por venta de productos con una frase pendenciera suya tras vencer a Países Bajos (4-3 en penales) en cuartos de final del Mundial de Catar-2022.
«¿Qué mirás, bobo? Andá ‘pa-yá’», le disparó al capitán albiceleste a Wout Weghorst, autor de los goles para el empate (2-2) en los tiempos reglamentario y suplementario, en definición para el infarto.
El neerlandés se le acercaba, no se sabe bien para qué, y Messi era entrevistado en la TV para millones de aficionados de todo el mundo. Estaba muy enfadado aún por las rencillas entre jugadores y su encono por lo que interpretó como falta de respeto del DT Louis Van Gaal.
«Me pareció genial la frase. Tan inocente, tan tierna comparada con la del mundo del deporte. Él es supereducado. Les compré con la leyenda remeras a mis tres nietos varones, locos por el Mundial«, dijo a la AFP Graciela Squietino, jubilada de 67 años.
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Furor comercial
Comerciantes en internet, más rápidos que delantero enfilando hacia el arco, no perdieron ni un minuto. Lanzaron al mercado remeras, tazas de café o banderines.
«Hicimos las remeras enseguida. Se terminó viralizando la frase porque en otra etapa Messi tenía perfil bajo, tranquilo. Pero la gente quería que tuviera ese picante de Diego (Maradona). Nos encanta que sea maradoneano», dijo a la AFP el diseñador de indumentaria Tony Molfese, de 31 años.
Las tazas empezaron a ser ofrecidas desde 1.600 pesos (unos 9 dólares), remeras a 2.900 pesos (16 dólares) y gorritas por 3.900 (22 dólares). Un tuit de varios segundos con el video fue compartido 10,5 millones de veces el lunes.
La frase, fuera de Argentina, merece por lo menos una explicación. Aquel «¿Qué mirás, bobo?» es sumamente moderado para el lunfardo (jerga) común. Lo que se usa es: ¿Qué mirás, pelotudo (estúpido)?».
Pero la segunda parte de la frase despierta el interés de lingüistas y filólogos. Está completamente en desuso. Es una antigua expresión popular de bisabuelos y bisabuelas.
Pero fue motivo de risa y celebración entre los hinchas. Ya no existe aquel muchacho calladito, de hablar tímido y cuidadoso.
En la memoria colectiva, están imborrables las formas escatológicas o ingeniosas que el fallecido Maradona usaba contra personajes del poder, sea un presidente de la FIFA, de Estados Unidos o un Sumo Pontífice.