Redacción. Cuando te sientes nervioso o estresado, simplemente por costumbre te muerdes las uñas, te sudan las manos… o te comes el cabello. Existen personas que tienen otro tipo de costumbres como morder lápices, pero las que se comen su propio cabello no están conscientes de las terribles consecuencias que esto les puede traer. Este hábito también se conoce como el síndrome de «Rapunzel» y médicamente es una enfermedad conocida como tricofagia.
El síndrome de «Rapunzel» es un extraño y complejo trastorno compulsivo que aumenta los riesgos de complicaciones como obstrucción, perforación y peritonitis. Este síndrome se ha reportado mayormente en mujeres menores de 30 años, con una mayoría de entre 15 a 20 años. Esta enfermedad afecta a una pequeña porción de las personas, en la que se estima que el síndrome solamente lo padecen entre 0.6 % y el 1.6 % de los habitantes a nivel mundial.
La tricofagia está relacionada con la tricotilomanía y esta es un trastorno en donde los pacientes se arrancan constantemente el cabello. El vínculo se debe a que solo la tercera parte de las personas que se arrancan el cabello, después se lo comen.

Peligros de comerse el cabello:
Dolor abdominal
La peritonitis es la inflamación de la cavidad abdominal, ocasionando mucho dolor y la mayoría de las veces es señal de un fuerte trastorno que puede ocasionar hasta la muerte. También puede ser consecuencia de que los órganos estén inflamados e incluso, infectados.
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Náuseas y vómitos
El dolor abdominal está acompañado de náuseas que va a generar vómito. Los órganos dañados por el cabello van a producir malestar para alertar que algo no está bien con tu intestino manifestándose por medio de náuseas y vómitos constantes.

Pérdida de peso
Aunque no se busque perder peso, cuanto tienes el síndrome de «Rapunzel» no te alimentas de la forma adecuada por la pérdida de apetito. Tu cuerpo no recibe los suficientes nutrientes para mantenerte sano y mucho menos para mantenerte con un peso estable.
Sangrado o perforación intestinal
Comerte el cabello puede ocasionar la formación de un tricobezoar, que genera una bola de cabellos, la cual causa la obstrucción en las paredes del intestino, ya que el cabello no puede digerirse y así se va acumulando junto con los restos de comida y fluidos corporales hasta formar una pelota.
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