COPÁN, HONDURAS. Un joven recolector de basura murió atropellado por un tren de aseo en el municipio de Dulce Nombre, del departamento de Copán, zona occidental del país.
La víctima respondía al nombre de Martín Madrid, de 29 años. De acuerdo con los informes preliminares, el occiso andaba recogiendo la basura de una comunidad la mañana de este sábado.
El hombre se encontraba atrás del tren de aseo y el conductor no se percató y retrocedió, llevándoselo de encuentro.
La víctima quedó tendida en el suelo y debido a la gravedad de sus heridas, murió en el instante.
Compañeros de trabajo se acercaron para darle primeros auxilios y trasladarlo a un hospital, pero ya era demasiado tarde. Su cuerpo fue cubierto por unos cartones y se le hizo un llamado a miembros policiales.
La Dirección Policial de Investigaciones (DPI) se hizo presente para acordonar el perímetro y realizar las pesquisas correspondientes. El conductor del camión fue detenido para efectos de investigación.
A la escena del crimen se hizo presente la madre del joven, quien entre el dolor, lamentó lo ocurrido.
Su cuerpo iba a ser llevado a la morgue por miembros de Medicina Forense y luego sería dado a sus parientes para que le den cristiana sepultura.
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Otro accidente
Una persona perdió la vida luego de chocar contra un poste del tendido eléctrico, cuando se conducía en su vehículo en el Segundo Anillo de San Pedro Sula, al norte del país.
El accidente se registró el día de ayer, viernes, en horas de la noche. A la víctima mortal la identificaron preliminarmente con el nombre de Héctor Vásquez, de 41 años de edad, quien supuestamente es un transportista.
El ciudadano se trasladaba en una camioneta, blanca, que quedó con las llantas arriba, después de chocar directamente con un poste del tendido eléctrico, que terminó casi en medio de la carretera. Por otro lado, partes del automotor quedaron esparcidos en el pavimento.
Autoridades llegaron hasta la zona, pues el hondureño había quedado dentro del amasijo de hierro, pero cuando le tomaron los signos vitales, constataron que ya estaba sin vida.
Familiares del hondureño llegaron para identificarlo y al observar el hecho, empezaron a llorar descontrolados. «No, no, no. Ahí está», decía uno de sus parientes, entre lágrimas e impotencia.
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