Alajuelense sufrió, puso a sus aficionados a comerse las uñas; también se jalaban el pelo. Su técnico, Luis Diego Arnáez, dejó un trillo de tierra en su zona técnica, tal fue la cantidad de veces que caminó de un lado a otro. Pero, al final, sacó la tarea ante Santos.
Alajuelense sufrió, puso a sus aficionados a comerse las uñas, también se jalaban el pelo. Su técnico Luis Diego Arnáez dejó un trillo de tierra en su zona técnica, gracias a la cantidad de veces que caminó de un lado a otro, pero al final sacó la tarea ante Santos.
El 2 a 1 deja a la Liga con la responsabilidad de ir a ganar al Saprissa el próximo domingo; sin embargo, llega en igualdad de condiciones que su archirrival: con los mismos 10 puntos en la tabla.
Los rojinegros pasaron angustias y confusiones. En varias ocasiones José Miguel Cubero le explicó a Luis Garrido su labor en el campo, porque los guapileños complicaron más de la cuenta.
El duelo comenzó con un Alajuelense lleno de motivación, sobre todo por lo ofensiva que se veía su alineación en el papel, con tres hombres de corte ofensivo: sus goleadores Jonathan McDonald, Róger Rojas y Abdiel Arroyo.
Pese a lo que se leía en el papel, lo cierto es que el planteamiento no era 100% al ataque: Arroyo actuó como un volante por ambos costados.
El futbolista panameño, no obstante, fue el protagonista de la acción que terminó en el primer gol.
Alex López cobró un tiro libre, el canalero se elevó y conectó, la pelota le pegó en la espalda a José Garro y se coló en el marco del Santos.
Con apenas 22 minutos, el duelo parecía que no se les complicaría a los manudos. De hecho, antes de la diana visitante, Róger Rojas tuvo una clara oportunidad para el 2 a 0; pero su remate salió muy débil.
La Liga no pasaba grandes apuros en la zaga, aunque sí tuvo un síntoma que hacía prever el empate. Los caribeños les quitaron la pelota a los locales y comenzaron a administrar.
Así, llegó una falta por derecha. Michael Barquero envió un centro al área, Patrick Pemberton midió, pero falló.
El cuidapalos salió totalmente desarmado por el balón, sin técnica y casi sin saltar, con lo que la pelota lo sobró, le cayó en los pies a José Garro, quien la envió a besar la red.
Arnáez se llevó las manos a la cabeza, Luis Garrido buscó explicaciones en el césped y Pemberton. El arquero se enojó con su desempeño y, con un grito al cielo, se desahogó.
Para el complemento, la Liga no se guardó nada y, en algunas acciones, dio la sensación de que arriesgaba de más.
Santos bien pudo robarse el show, porque Kenny Cunningham reventó una pelota en el horizontal. Edder Solórzano no pudo en un mano a mano con Patrick y Wílmer Azofeifa lo exigió varias veces de larga distancia, sin éxito.
El técnico erizo quería ganar e hizo todos los movimientos para lograrlo. Allen Guevara, José Luis Cordero y Freddy Álvarez entraron al campo.
En el 75’, un gran servicio de Cordero; sí, el mismo que ha sido silbado innumerable cantidad de veces. Puso de cara a gol a Róger Rojas y el catracho no falló. El Flaco Arnáez respiró profundo y se dejó abrazar por Fernando Sosa, su asistente.
La Liga sudó, sufrió y ganó; además, demostró que le sobra carácter para pelear la cuadrangular en el Saprissa.