TEGUCIGALPA. El titular del Poder Judicial, Rolando Argueta aseguró que en Honduras se necesita de una investigación criminal más ingeniosa. Lo anterior para detener y condenar a las personas correctas.
“Necesitamos que la investigación criminal que le corresponde a la ATIC, Ministerio Público y DPI sea más propositiva y más ingeniosa; para poder desplegar aquellas técnicas de investigación que nos permita esclarecer los delitos y poder identificar a las personas que los cometan”.
Aseguró que las recién aprobadas reformas penales no son suficientes porque para llegar a una condena se necesitan pruebas contundentes. Sin embargo, aclaró que las reformas penales sí son importantes para combatir el crimen organizado.
“En este tópico de la aplicación de la ley penal es muy bueno contar con una normativa sustantiva. Es decir, con regulación de delitos en los códigos penales que faciliten la aplicación de esa ley evitando dudas para el juez. Pero estamos claros en el Poder Judicial que solo ese elemento no es suficiente para combatir el delito”.
Más que reformas, se ocupa investigación contundente
Argueta expresó que si no hay pruebas contundentes de parte del ente acusador, difícilmente se va a obtener auto de formal procesamiento y sentencias condenatorias.
“El artículo 336 del Código Procesal Penal dice que el juez del Tribunal de Sentencia solo resolverá con vista de las pruebas que lleguen al proceso. Creemos que la investigación ha mejorado sustancialmente. Pero reconocemos los operadores de justicia que falta camino por recorrer para llegar a un ideal”, declaró.
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En vigencia reformas penales
El pasado lunes 27 de enero las reformas penales en fueron publicadas en el Diario Oficial La Gaceta y con eso entran en vigencia. Esto implica que ya pueden ser aplicadas por las autoridades del país.
Así que las autoridades desde ya pueden aplicar las penas correspondientes a los “actos vandálicos” considerados ahora como Terrorismo.
Las reformas fueron aprobadas el pasado miércoles en una sesión del Congreso Nacional marcada por la polémica.
A pesar de la aprobación, las amenazas de penas más fuertes no parecieron hacer mella en los criminales. Se siguen dando asesinatos, masacres y quemas de camiones repartidores como si nada hubiera cambiado.
También queda la población a la espera de ver qué tan efectiva – o no- es la aplicación de estas.
